Las patologías relacionadas con la salud mental se ha convertido en uno de los principales problemas que afectan a la población española. Muchos expertos han llegado a catalogar esta serie de desequilibrios emocionales como ‘la nueva pandemia’. En este contexto, las CC.AA. se han afanado desde hace varios años en implementar planes para el abordaje de la salud mental; definiendo estrategias a seguir para prevenir y tratar estas problemáticas. Sin embargo, recientemente La Rioja ha decidido dar un paso más allá con la aprobación en su parlamento regional de la primera ley de salud mental en nuestro país. Se trata de un hito que deja a las claras la creciente preocupación de los responsables políticos en este ámbito.
Desde el Gobierno de España no existe una ley estatal que regule la salud mental, por lo que todo queda pendiente de iniciativas propias de cada región. Sin embargo, hasta este momento no se había desarrollado una regla que obligase al cumplimiento de una serie de requerimientos, como sí ha traído la pionera normativa riojana. El gobierno autonómico, en la línea de las recomendaciones de la OMS, impone, entre otras medidas, unos ratios mínimos de psicólogos y psiquiatras en las plantillas de los hospitales, así como un programa específico destinado a prevenir el suicidio –especialmente en jóvenes-.
No en vano, 4 de cada 10 españoles valoran de forma negativa su salud mental, en especial la población menor de edad, según un reciente informe presentado por la Confederación Salud Mental España. De este modo, para comprender mejor la situación de la salud mental en La Rioja y con el fin de valorar esta reciente iniciativa legislativa pionera, ha atendido a ConSalud.es el jefe de Servicio de Salud Mental de Rioja Salud, Miguel Ángel Ortega, quien admite ser el primer sorprendido de esta iniciativa política en su región, y con la que se muestra “agradecido”.
Refleja que hay una preocupación por parte de las autoridades políticas por querer dar solución a los problemas de salud mental en la de la sociedad
La ley de las personas con problemas de salud mental y sus familias de La Rioja nace con el objetivo de asegurar el derecho de los ciudadanos a la protección de su salud mental y, también, para obligar a los poderes públicos autonómicos a velar por ello. “Se trata de una cuestión en la que desde el aspecto profesional de psiquiatría no habíamos reparado. Sin embargo, refleja que hay una preocupación por parte de las autoridades políticas por querer dar solución a los problemas de salud mental en la de la sociedad. Además, ha sido la primera y, por el momento, única comunidad en dar un paso así. Es de agradecer”, remarca el psiquiatra del Hospital San Pedro.
Una norma que viene a unirse al Plan de Salud Mental para los próximos cinco años que ya fue aprobado este año en la región. En esta línea, cualquier esfuerzo es poco para dar respuesta a la creciente necesidad de atención psicológica que demandan los servicios sanitarios de esta y otras comunidades autónomas, con especial énfasis tras la llegada de la pandemia y los consiguientes estragos en la sociedad.
“Ha habido un aumento de las patologías y de las necesidades de salud mental de la de la población tras la Covid-19, fruto de la incertidumbre socioeconómica vivida y que aún viene prolongándose. Especialmente se percibe un incremento en los jóvenes de entre 17 y 24 años”, constata el Dr. Ortega.
La Rioja cuenta actualmente con 23 psiquiatras clínicos, alrededor de 17 psicólogos y ningún profesional de enfermería especializado en salud mental en el Servicio Riojano de Salud.
Con el objetivo de atender esta problemática creciente la ley riojana recoge ampliar las plantillas de personal sanitario especialista en salud mental para situarla en los próximos cinco año en unas ratios de mínimas de 18 psiquiatras, 18 psicólogos clínicos y 23 enfermeras especialistas por cada 100.000 habitantes. Unas cifras muy optimistas para el jefe de Servicio de Salud Mental, quien asegura que se “daría con un canto en los dientes” casi con la mitad de ese personal estipulado en la norma. “Nuestras cifras actuales están muy por debajo de estas. En este sentido, tengo muchas dudas de que esto se pueda cumplir a corto plazo”, asevera.
La Rioja cuenta actualmente con 23 psiquiatras clínicos, alrededor de 17 psicólogos y ningún profesional de enfermería especializado en salud mental en el Servicio Riojano de Salud. Todos ellos para dar cobertura a una población de 313.571 habitantes. Por tanto, la nueva ley supondría quintuplicar la plantilla existente a día de hoy. Una mayor cantidad de especialistas en psicología que permitiría reducir las listas de espera y combatir el actual abuso en la prescripción de ansiolíticos en sustitución de tratamientos de terapia. “Al acudir a un médico el paciente busca un remedio rápido para dejar de tener ansiedad, dormir, etc; la medicación aporta esa respuesta, pero eso no quiere decir que el problema se solucione”, aclara el psiquiatra riojano.
La normativa se afana también en “aspectos positivos como la mayor humanización del paciente y dotarle de un tratamiento más digno en su travesía”
Otros importantes focos de la normativa recientemente aprobada pasan por la prevención de las enfermedades de salud mental, el suicidio y las adicciones. “La prevención es el mejor camino para evitar cualquier problema o patología, sin embargo, no resulta nada fácil. En el caso de la salud mental habría que invertir en todo lo que afecte a la desigualdad social o la pobreza, así como en muchos otros aspectos que permitan mejorar el malestar emocional”, afirma Miguel Ángel Ortega. De hecho, el texto legislativo riojano señala un apartado especial para la salud mental de las mujeres; afectadas por la discriminación social y profesional, la violencia de género o la mayor carga de responsabilidad familiar.
Del mismo modo, la normativa se afana también en “aspectos positivos como la mayor humanización del paciente y dotarle de un tratamiento más digno en su travesía”, concluye Miguel Ángel Ortega, refiriéndose a medidas como la de reducir al mínimo las sujeciones forzadas en residencias de mayores y centros psiquiátricos. De este modo, la CC.AA. más pequeña de la península ha llevado a cabo una iniciativa de gran envergadura para el bienestar emocional de todos los riojanos; tanto los aquejados de problemas de salud mental, como sus allegados.