Para la consejera de Salud de La Rioja, Sara Alba, 2020 ha sido excepcional en todos sus sentidos, pero, a su juicio, la comunidad ha tenido la virtud de la versatilidad adaptándose a la situación, especialmente en los entornos UCI.
¿Qué balance sanitario hacen de este 2020?
Si tuviese que escoger un calificativo para definir lo que ha supuesto en lo sanitario el año 2020 diría que ha sido excepcional en todos los sentidos. La pandemia del COVID-19 nos ha obligado a repensar muchos de nuestros planteamientos iniciales y volcarnos en salvar vidas y sin desatender todo lo demás. El esfuerzo al que se ha visto sometido el sistema ha sido ingente y los profesionales sanitarios han demostrado, con su infatigable dedicación, que nuestra sanidad podía estar a la altura de una circunstancia tan extrema e inesperada.
Un contexto en el que destacaría la versatilidad que ha demostrado el Sistema Riojano de Salud para aplicar con éxito los planes de contingencia que han evitado el colapso de nuestro hospitales y centros de salud. No en vano, a pesar de la incidencia de la enfermedad, todos los pacientes han recibido la atención que han requerido de acuerdo a sus necesidades.
Sirva como principal ejemplo la UCI. La Rioja tenía 5,4 camas UCI por cada 100.000 habitantes. La media de España era de 9,3. El COVID-19 nos hizo ver la urgencia de resolver este déficit. En mayo, en plena pandemia, incrementamos el número a 32 y nos pusimos por encima de la media del país. Antes de finalizar el año dimos un paso más habilitando 43 camas para críticos que se quedarán de manera permanente, más allá de la pandemia.
"Cuando llegamos a esta Consejería definimos que nuestro gran objetivo iba a estar en lograr situar a la persona en el centro de nuestro Sistema porque es la mejor manera de conseguir los mejores resultados sanitarios"
La Rioja contaba únicamente con 17 camas UCI antes de la llegada del coronavirus. Hemos sido capaces de cuadruplicarlas, llegando a disponer de 86 durante los peores días de la tercera ola y contando con la posibilidad de aumentarlas hasta 109, en caso de que llegue a ser necesario.
La llegada de la pandemia ha supuesto un revés para el SNS. ¿Qué cambios deberían llevarse a cabo?
Probablemente sean muchos. Habrá que valorarlos detenidamente cuando la pandemia remita su actual nivel de incidencia y resultarán de vital importancia no sólo para ganar la batalla al COVID-19 sino para transformar la sanidad y convertirla en lo que se espera de ella en este siglo XXI. Es cierto que no se pueden cambiar las ruedas de los coches en plena carrera, pero de cara al futuro no debemos perder de vista el análisis de lo que no hemos tenido y hemos necesitado.
En cualquier caso, los primeros pasos ya los estamos dando. A pesar de que hemos estado más meses gestionando una crisis sanitaria de esta magnitud que sin enfrentarnos al coronavirus, hemos perseverado en nuestro objetivo: construir un Sistema Público de Salud más inclusivo, avanzado y sostenible. Que sea motivo de orgullo para profesionales y ciudadanos, que esté a la altura de La Rioja, y que cada año continúe creciendo, mejorando y ganando eficacia, eficiencia y valor añadido.
Cuando llegamos a esta Consejería definimos que nuestro gran objetivo iba a estar en lograr situar a la persona en el centro del Sistema Público porque es la mejor manera de conseguir los mejores servicios sanitarios y hemos continuado trabajando en él, a pesar incluso de la pandemia. Una meta en la que la Atención Primaria jugará un papel fundamental como eje vertebrador por su trabajo multidisciplinar, su facilidad para promover buenos hábitos y, especialmente, ante el reto de la cronicidad y ofrecer un servicio sanitario integral y de calidad. Déjenme señalar, en cualquier caso, que el sistema sanitario español ha demostrado ser, más aún con esta pandemia, uno de los mejores sistemas públicos del mundo. Si algo ha puesto de relieve el COVID-19 es que la Sanidad o es pública o no lo es.
¿Cuáles han sido las lecciones aprendidas hasta ahora con la llegada del nuevo coronavirus?
El virus ha desestabilizado nuestro sistema y, en este sentido, creo que una de las lecciones aprendidas en esta pandemia es que debemos ser más ambiciosos a la hora de planificar y que las políticas en materia de salud dejen de ser cortoplacistas. La Sanidad es uno de los ejes principales de nuestro Estado del Bienestar y hemos de convertirlo en un sistema más fuerte, competente y competitivo. Para garantizar su sostenibilidad a medio y largo plazo, el Sistema Público de Salud de La Rioja tiene que recuperar el valor añadido, lo que implica llevar a cabo actuaciones conjuntas en materia de Recursos Humanos, de infraestructuras y estructuras organizativas, de Tecnología y de Investigación y Desarrollo.
Hay que repensar la gestión de la sanidad pública. Hemos iniciado el camino en 2020. Continuaremos haciéndolo en 2021 y no dejaremos de hacerlo a lo largo de toda la legislatura, incluso cuando remita la crisis sanitaria. El fortalecimiento del Sistema Público es una de las mejores maneras para conseguir que no se repita esta situación que hemos vivido en los últimos meses. Lo que la pandemia nos está llevando a hacer hoy, debe prevalecer, calar y consolidarse en la gestión de los recursos sanitarios, que es la gestión de la Salud de los riojanos y las riojanas. El COVID nos ha obligado a replantear la manera en la que se trabajaba y hacerlo de manera colegiada. Y nos ha demostrado que trabajar de forma interdisciplinar da buenos resultados. Que el método funciona. Nos ha recordado que haciéndolo todos juntos somos capaces de alcanzar metas más ambiciosas porque así es como logramos poner de verdad a la persona en el centro y en torno a ella la mejor atención asistencial.
El Sistema Público de Salud no tenía ningún manual para enfrentarnos al COVID-19, pero esta pandemia está siendo el mejor manual para renovar el Sistema Público de Salud. Esta crisis ha sacado a la luz muchos de sus déficits históricos y acelerado así la priorización de sus soluciones.
La tecnología sanitaria tiene cada vez más fuerza, tanto en el ámbito de la investigación como en el abordaje del paciente. ¿Qué acciones se están llevando a cabo desde la Consejería en este ámbito?
Desde esta Consejería creemos que no sólo la tecnología sino también la Investigación deben desempeñar un papel fundamental en los retos sanitarios presentes y futuros. Ambas herramientas deben ir de la mano porque son activos que repercuten tanto en el atractivo profesional del Servicio Riojano de Salud a la hora de atraer nuevo talento como en la sostenibilidad del Sistema a largo plazo y en la mejora de la calidad asistencial.
Una apuesta firme que se va a canalizar principalmente a través de la Fundación Rioja Salud y del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR) y cuyo reflejo encontramos en los presupuestos para 2021. En total, la partida de las cuentas públicas de Salud destinado a la Fundación Rioja Salud y, por tanto, directamente vinculado a la innovación sanitaria y la transferencia de conocimiento entre la investigación y el área asistencial, supera los 25,41 millones de euros. Se trata de un 21% más respecto a los 20,98 millones de 2020. Siempre respecto a este año, la Fundación prácticamente multiplica por 10 la inversión para actualizar el equipamiento tecnológico utilizado en distintas terapias y especialidades asistenciales. Muchas de ellas utilizadas en las pruebas directamente vinculadas a la Medicina Preventiva.
Mención aparte merecen los proyectos en los que estamos trabajando en el marco de los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Desde la Consejería de Salud hemos presentado varios proyectos centrados en la innovación, la digitalización y la optimización de recursos del Sistema Riojano de Salud con un único fin: darle al paciente, una atención personalizada, integral y, sobre todo, humanizada.
Tres líneas de trabajo: "fortalecer y modernizar la estructura del Sistema Público de Salud, consolidar Atención Primaria como eje vertebrador del Sistema Público de Salud y, por supuesto, contener la pandemia"
¿Cuáles van a ser los principales objetivos para 2021?
Desde la Consejería de Salud nos hemos fijado tres objetivos de manera prioritaria para este año. Tres líneas de trabajo alrededor de las cuales se articula toda nuestra asignación presupuestaria: fortalecer y modernizar la estructura del Sistema Público de Salud, consolidar Atención Primaria como eje vertebrador del Sistema Público de Salud y, por supuesto, contener la pandemia de COVID-19.
Sabemos que son tres ejes ambiciosos pero estamos seguros también de que resultan imprescindibles en la situación actual y que, más allá, se enmarcan así mismo en un objetivo aún mayor: la imperiosa necesidad de realizar una profunda renovación del Sistema Público de Salud de La Rioja.
Resulta vital que de forma planificada y con un enfoque integral de la Sanidad, se puedan abordar todas las necesidades asistenciales que requiere la Sociedad de hoy; desde la cronicidad hasta la aparición de nuevas enfermedades como el COVID-19. Y realizarlo a través de una práctica sanitaria humanizadora, que ponga a la persona en el centro del sistema.