Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), en 2021 la salud mental de los niños y adolescentes empeoró. El 30% de los menores había presentado ideación suicida, el 10% lo había intentado y el 2% de forma seria. Desde Pediatría también señalan que el 18% de los niños y adolescentes se había infligido autolesiones antes de los 18 años. La autolesión se ha convertido en "un importante problema de salud publica en la adolescencia", reconocen los expertos, y en este sentido la Xunta de Galicia ha publicado un protocolo sobre la evaluación y manejo clínico de esta realidad, como ha adelantado Antena 3.
El documento, desarrollado por el Ministerio de Sanidad y la Agencia Gallega para la Gestión del Conocimiento de Salud, se editó en 2022 y busca desarrollar algoritmos diagnóstico-terapéuticos para mejorar la atención que se presta a los jóvenes en el Sistema Nacional de Salud (SNS), indicadores para monitorizar la atención y aportar información a adolescentes, familias y profesionales de la educación. "En la actualidad, las autolesiones constituyen un grave problema en la población adolescente y, por ello, es relevante establecer los mecanismos que permitan su adecuada detección y manejo clínico", explican en la guía.
"La investigación futura deberá centrarse en evaluar la efectividad de las diferentes intervenciones"
El protocolo abarca cuatro puntos de actuación: la evaluación de los casos, la atención asistencial, las intervenciones psicológicas y la necesidad de seguir investigando.
LA ATENCIÓN PRIMARIA, PILAR DE LA ASISTENCIA
Los adolescentes que se autolesionan arrastran problemas de gestión de la ira, de sentimiento de culpa, psicopatologías asociadas, trastornos mentales, disfuncionalidad familiar o rechazo social. El primer paso para abordar a estos pacientes es una entrevista clínica que permita a su vez evaluar los factores de riesgo que han asociado a la repetición de las autolesiones. "Pese a que existen diferentes escalas diseñadas para la evaluación y predicción del riesgo de las autolesiones, según la evidencia científica ninguna de ellas puede emplearse como único método de evaluación, sino como un complemento de la entrevista clínica", indica el protocolo gallego.
En este primer paso Atención Primaria toma un importante peso. Es esta especialidad la que "debe realizar una evaluación psicosocial, teniendo en cuenta los principales factores de riesgo. Cuando los niveles de malestar en el adolescente o su familia sean altos, exista riesgo de repetición o la propia persona lo solicite, se plantea considerar que la derivación al servicio de salud mental sea preferente". Se establece también una serie de pasos que seguir para evaluar la presencia de ideación o intención suicida, manejos y criterios de derivación del Servicio de Salud Mental.
Para los expertos en salud mental se establece una serie de criterios para la hospitalización, valoración de la gravedad y factores de riesgo de repetición, y la intervención. Según la evidencia científica, se recomienda el tratamiento psicológico como primera línea de actuación, en concreto las terapias cognitivo-conductual, dialéctico-conductual y de mentalización. "Respecto al tratamiento farmacológico, no se recomienda como una intervención específica para la disminución de las autolesiones, excepto en los casos con psicopatología comorbidad", explica la guía
"La investigación futura deberá centrarse en evaluar la efectividad de las diferentes intervenciones y diseñar nuevos enfoques preventivos y terapéuticos", concluye el informe.