Las continuas protestas de profesionales sanitarios gallegos y los partidos de la oposición transmitidas en los últimos meses contra la reforma de la Ley de salud no han servido para que la Consejería de Sanidad de la Xunta de Galicia de marcha atrás en su empeño de sacarla adelante.
Así ha sucedido finalmente este martes, cuando el parlamento gallego, con los únicos votos del Partido Popular (con mayoría absoluta), ha votado sí a la reforma de esta ley que data del año 2008. El consejero sanitario, Jesús Vázquez Almuiña, no ha participado en el debate pero sí ha intervenido al final para defenderla. En su mensaje, ha señalado que a pesar de que en ocasiones “falta que se entienda”, apuesta por el desarrollo de esta norma “para que la población la conozca perfectamente”.
El PP defiende que la nueva normativa permitirá una mejor coordinación entre los niveles asistenciales y el acercamiento a los pacientes; Almuiña cree necesario que se desarrolle "para que la población la conozca"
Además de Almuiña, otro firme defensor de la reforma legislativa ha sido Aurelio Núñez Centeno, portavoz de sanidad del PP de Galicia. En el estrado, Núñez ha señalado que la modificación facilitará “una atención más cercana” a los pacientes, mejorará “la coordinación entre atención primaria y hospitalaria” y permitirá cubrir “las posibles ausencias” de profesionales “por permisos o bajas”.
EN MAREA, PSdeG Y BNG, EN CONTRA
Estas declaraciones no han convencido a los partidos de la oposición. Eva Solla, diputada de En Marea ha acusado a la Xunta de “gobernar sin escuchar”, por haber rechazado las enmiendas presentadas por su grupo a esta ley. Entre las principales críticas, Solla ha destacado que la reforma no garantiza la descentralización del sistema de salud y que puede permitir el aumento en el gasto de empresas privadas.
Tanto En Marea como el PSdeG y BNG han reprochado a Vázquez Almuiña y a la Xunta la "falta de diálogo" practicada para la elaboración de esta modificación legislativa
Mientras, Gonzalo Caballero, secretario general del PSdeG ha acudido al debate junto a un buen número de alcaldes gallegos que rechazaban, como su partido, la reforma. Durante su intervención ha lamentado que la actuación de la Consejería de Sanidad “está provocando una política conservadora en este servicio público”, al tiempo que ha lamentado la visión “irreal” de la sanidad mostrada por el presidente Núñez Feijóo.
Finalmente, Montse Prado, del BNG ha reprochado la “falta de diálogo” de la administración gallega, aunque ha advertido que “las movilizaciones a favor de una salud pública de calidad continuarán”. Prado había reclamado el acercamiento de los centros de salud a la población, la creación de la figura del personal investigador en el Sergas o la elaboración de un censo de puestos por categorías y servicios y un mapa sanitario”.
MOVILIZACIÓN FRENTE AL PARLAMENTO
Mientras se debatía y votaba esta reforma, en el exterior del Parlamento de Galicia se manifestaban en torno a un centenar de personas que se posicionaban en contra de la misma. Convocadas por la plataforma SOS Sanidade Pública, mostraban su defensa de las áreas sanitarias que pueden ser suprimidas con esta ley y el rechazo a los “recortes y privatización de la sanidad pública”.