El Servicio Gallego de Salud (Sergas) ha sido condenado, como responsable patrimonial, a indemnizar a un hombre con 40.000 euros después de que perdiese la vista tras acudir durante ocho meses a su médico de cabecera y este se negase a remitirle al neurólogo.
Según se hace eco Faro de Vigo, el médico de Atención Primaria se opuso a seguir las recomendaciones del fisioterapeuta y del oftalmólogo a los que derivó al paciente en primer lugar. El magistrado considera que "a la vista de aquellos síntomas podría haberse dado otro dictamen y tratamiento que, probablemente habría evitado el daño o la habría podido disminuir".
El médico de Atención Primaria se opuso a seguir las recomendaciones del fisioterapeuta y del oftalmólogo
El paciente, de 33 años, fue en 2010 varias veces a su médico de cabecera en el centro de salud de O Ventorrillo, en A Coruña, con dolores de cabeza, mareos y vómitos. El doctor le envió a Fisioterapia y al servicio de Oftalmología. En ambos casos le recomendaron acudir a un neurólogo, pero el facultativo optó por derivarle al servicio de Otorrinolaringología.
Fue una vez ya en el servicio de Otorrinolaringología y después de ocho meses sin mejoras, donde le tramitaron un TAC craneal para el paciente, en el que le detectaron un tumor cerebral, tratado en Neurocirugía. El afectado terminó perdiendo la vista.
El TAC que le detectó el tumor cerebral que padecía es una prueba que necesita la presentación de un volante del médico para que se le remita a esa especialidad. En el auto se especifica que si el facultativo de Atención Primaria hubiera procedido de otra manera, al afectado le podrían haber operado "con mayor prontitud". "Existe una alta probabilidad de que el resultado de incapacidad permanente de tipo absoluta con la pérdida de visión no hubiese llegado a producirse".