Este viernes comienza en Galicia la huelga de las ambulancias, que se desarrollará en tres tramos: del 8 al 11 y del 18 a 24 de febrero y del 4 a 10 de marzo. A partir de 28 de marzo, si no hubiese acuerdo, los paros serán indefinidos. El motivo de la convocatoria es el bloqueo de las negociaciones del cuarto convenio del transporte sanitario, que lleva tres años caducado. Se trata de un colectivo de más de mil trabajadores y trabajadoras que ahora, además de seguir con sus condiciones congeladas, ven como las empresas pretenden acometer un "brutal" recorte de los sueldos.
Los sindicatos Comisiones Obreras, UGT y CIG denuncian que las empresas del sector concurrieron a los concursos públicos y que la Xunta los licitó "sin tener en cuenta el coste real del servicio". Ahora, la patronal pretende una reducción salarial del 10%, "con la amenaza de dejar de pagar a partir de 31 de marzo", denuncian.
Bases sin la debida limpieza y desinfección, vehículos deteriorados y con averías sin solucionar y hasta "falta de material para realizar las funciones, que hay que coger en los hospitales porque muchas empresas no lo ponen"
El comité de huelga recuerda que se trata de un sector con mucha precariedad y en el que las empresas, en muchos casos, no cumplen aquello a lo que están obligadas por ley. Aseguran que con frecuencia el personal hace más de 50 horas extras al mes —sin cobrar o mal pagadas—, no se respetan los derechos a descanso o vacaciones, falta personal o no se encargan de la desinfección de uniformes, "poniendo en riesgo nuestra salud y la de nuestras familias".
La precariedad de los concursos públicos "perjudica el propio servicio", inciden, y relatan que hay ambulancias en que llueve dentro, ambulancias y bases sin la debida limpieza y desinfección, vehículos deteriorados y con averías sin solucionar y hasta "falta de material para realizar las funciones, que hay que coger en los hospitales porque muchas empresas no lo ponen".
Por último, desde el comité de huelga culpan la Xunta de Galicia de permitir esta situación, anteponiendo los beneficios de las empresas a la correcta prestación del servicio público, y recuerdan que "en una ambulancia puede tener que ir cualquier persona. Por esto, no solo luchamos por nuestros derechos, sino por los de cualquiera que algún día precise emplear un elemento básico en el sistema sanitario gallego".