Una de las lesiones más frecuente de los accidentes de tráfico es el latigazo cervical, estos pueden complicarse y derivar en dolencias como tortícolis que dificultan tanto el trabajo cotidiano como el descanso. El Hospital Ribera Polusa dispone de una Unidad especializada para la atención de las víctimas de un accidente, esta incluye la atención y seguimiento del Servicio de Fisioterapia para ayudar a conseguir la recuperación de las lesiones de este tipo.
“La contracción muscular prolongada, que afecta a la musculatura de la región cervical provoca un acortamiento muscular, que normalmente implica la inclinación o rotación de la cabeza hacia un lado”, explica Andrea Rodríguez, coordinadora de este servicio en el Hospital Ribera Polusa.
“Podemos mover la cabeza, aproximando la oreja al hombro del mismo lado, con cuidado y con la cabeza los gestos de asentimiento y negación y elevar los hombros a la altura de la oreja"
Los profesionales apuntan que el principal músculo afectado en la tortícolis es el esternocleidomastoideo, aunque también sufre el trapecio, los escalenos y el angular de la escápula. Otras de las causas por las que puede aparecer esta contracción prolongada son las malas posturas, los movimientos bruscos y las posiciones asimétricas. Además la especialista señala el estrés y la fatiga como situaciones que predisponen a la tortícolis. “El origen también puede estar en una hernia de disco a nivel cervical o en una infección bacteriana o vírica. Con cierta frecuencia aparece en niños recién nacidos o con meses aunque, en estos casos se denomina congénita”, indica Andrea Rodríguez.
En referencia a los síntomas, la especialista resalta que son fáciles de apreciar, ya que el paciente nota “rigidez en la región cervical, dolor y limitación en la inclinación o rotación de la cabeza hacia un lado”.
La principal recomendación que aporta es aplicar calor en la zona mediante una manta eléctrica, saco de semillas o agua caliente, y realizar movilizaciones suaves de la zona afectada. “Podemos mover la cabeza, aproximando la oreja al hombro del mismo lado, hacer con cuidado y con la cabeza los gestos de asentimiento (sí) y negación (no) y elevar los hombros a la altura de la oreja. El objetivo es reducir la rigidez y tensión muscular de la zona”, añade esta especialista, que para concluir aconseja acudir a un fisioterapeuta en el caso de que estos consejos no funcionen.