El creciente envejecimiento de la población es uno de los desafíos más relevantes a los que se enfrenta la sanidad pública. No en vano, España es el país de la Unión Europea con una mayor esperanza de vida, 84 años. Esta buena noticia habla muy bien de nuestro Estado de Bienestar, pero también implica tener que responder a la demanda asistencial de un estrato social que acarrea mayor cronicidad en sus dolencias. Esto se une al reto de muchas CC.AA. que han de lidiar también con la dispersión geográfica y el aislamiento rural de estas personas.
En esta línea, los médicos gallegos son quienes han de asistir a la población más envejecida del país, sólo por detrás de Asturias. A finales de 2023, el 26,6% de la población de Galicia tenía más de 64 años, frente al 20,2% de la media que registraba España. Una circunstancia que ha llevado al Sindicato Médico de Galicia (SIMEGA), adscrito a la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), a proponer una necesaria reforma de la Atención Primaria para adaptarse al asociado incremento en la demanda de cuidados.
El secretario general del sindicato facultativo gallego, Dr. Enrique Marra, explica a ConSalud.es cuáles podrían ser las principales claves para reajustar el primer nivel asistencial a la actual radiografía social de envejecimiento y la cronicidad. “No nos cansaremos de repetir que faltan médicos suficientes para ofrecer la oportuna atención. En el caso de los mayores, las consultas requieren además su tiempo”, apunta, basándose en que el número de facultativos en Atención Primaria de la región se ha reducido más del 30% entre 2007 y 2023.
El facultativo apunta a una “figura sanitaria” encargada de “cribar realmente” a los pacientes a su llegada, en lugar del actual personal meramente administrativo
La falta de efectivos que afecta a todo el país, unida a una población más envejecida, son el caldo de cultivo perfecto para la sobrecarga asistencial de los centros. Para paliarla, Marra apunta dos nuevos frentes de actuación: “eliminar todo el trabajo burocrático” que resta tiempo de asistencia al médico y “clasificar a los pacientes” en base a su verdadera necesidad de atención. El facultativo apunta a una “figura sanitaria” encargada de “cribar realmente” a los pacientes a su llegada, en lugar del actual personal meramente administrativo.
Igualmente, con el fin de poder abordar la demanda de los pacientes, el responsable sindical se refiere a intentar que las agendas puedan autogestionarse más libremente por parte de los facultativos. “Hay determinados elementos que las agendas deben tener en común, pero tiene que haber un poquito de autogestión porque en cada zona los pacientes son diferentes y, sobre todo, si el médico de cabecera los conoce, sabe cómo gestionar todas estas cosas”, refleja.
EDUCAR EN SALUD
Otro marco de actuación que serviría para preparar a la Atención Primaria ante la demanda de una población más envejecida es la formación de los pacientes sobre el correcto uso del Sistema Nacional de Salud (SNS). En concreto, Marra se centraría especialmente en concienciar a los más jóvenes de que la sanidad pública no tiene recursos ilimitados. “La gente mayor tiene mucho más sentido común en este aspecto y se mide mucho a la hora de acudir al médico; cuando van a una consulta es normalmente por un tema serio”, considera.
Muchos jóvenes que han vivido la pandemia tienen un miedo horrible y encienden sus alarmas por cualquier cosa. Además, viven en la mentalidad de la inmediatez y el ‘que me atiendan ya’
Una prudencia a la hora de visitar un centro médico que, a entender del médico gallego, no es tan propio de las nuevas generaciones. “Una chica acudió a las urgencias gallegas por haberse roto una uña. Muchos jóvenes que han vivido la pandemia tienen un miedo horrible y encienden sus alarmas por cualquier cosa. Además, viven en la mentalidad de la inmediatez y el ‘que me atiendan ya’, típico del mundo digital y que se ha trasladado a la medicina”, asevera.
ASISTENCIA DOMICILIARIA
En esta senda de dar respuesta a su población mayor y, en muchos casos, residente en áreas despobladas, la Xunta reforzó recientemente su Plan de atención domiciliaria en las zonas rurales con un total de 35 equipos especializados de enfermería. Estosidentifican a los pacientes que, por su situación clínica, tienen dificultades para asistir a los centros de salud y les ofrecen una atención personalizada en su propio domicilio cuando lo necesitan, pero también antes, actuando de manera preventiva de forma proactiva.
“Estos equipos son una idea muy acertada y enfocada a las personas mayores; asimismo llevan hasta esas casas toda la asistencia sanitaria, incluidas analíticas, ecografías o pruebas para hacer el seguimiento de pacientes complejos"
Una iniciativa que desde SIMEGA consideran que va “en la buena senda” y es “digna de aplaudir”. Así, Marra destaca que “estos equipos son una idea muy acertada y enfocada a las personas mayores; asimismo llevan hasta esas casas toda la asistencia sanitaria, incluidas analíticas, ecografías o pruebas para hacer el seguimiento de pacientes complejos que no se pueden trasladar”, aunque lamenta que “no pueda haber suficientes para todos los pacientes que lo necesiten”.