El Grupo Previsión Sanitaria Nacional ha organizado una jornada en su sede de Vigo en la que expertos han abordado el uso en redes de los jóvenes y la infravaloración por parte de los padres respecto a la utilización que hacen sus hijos. Bajo el lema "Conectados y ¿protegidos? Defiende a tus hijos de los riesgos de las redes", el acto ha estado presidido por el consejero del Grupo PSN, Antonio Macho; Ruth Rodríguez, inspectora del Servicio deInspección Educativa de Vigo; y Salvador Serrano, responsable del Área de Protección de Datos de PSN Sercon.
Uno de los ponentes de la jornada ha sido José Torres, experto en Investigación de la Ciberdelincuencia, que ha comenzado su intervención señalando que "más de la mitad de los menores que juega con videoconsolas lo hace con juegos designados por PEGI –siglas de Información Europea sobre Videojuegos (Pan European Game Information, en inglés)– como no adecuados para menores de 18 años, algo que los padres desconocen”.
Torres ha ofrecido diversas estadísticas extraídas del informe 'Impacto de la tecnología en la adolescencia', elaborado por Unicef España, institución de cuyo Comité de Expertos participa. “Hay un alto porcentaje de menores que tienen un primer contacto con contenidos pornográficos antes de los 10 años, incluso con 8 o 9. Esto se convierte en un cóctel muy peligroso combinado con la escasa conciencia de los padres sobre lo que significa la privacidad y la intimidad. Estos niños y niñas piensan que las relaciones afectivo-sexuales son como las que se desarrollan en la pornografía, y crecen incubando este pensamiento, que acaba por ser una forma de aprendizaje sexual absolutamente errónea y termina definiendo una parte de su personalidad. Las violaciones grupales que hemos visto en los últimos años parten de aquí”, ha revelado.
“Hay un alto porcentaje de menores que tienen un primer contacto con contenidos pornográficos antes de los 10 años, incluso con 8 o 9"
Las cifras muestran el escaso seguimiento de los padres sobre el manejo de sus hijos en la red, y es que “solo el 29% de los menores refiere que sus padres establecen normas sobre el uso de las TIC”, según datos ofrecidos por Torres. “El contacto con desconocidos supone un caldo de cultivo para el grooming, y es que el 58% de los menores ha aceptado alguna vez a un desconocido en una red social –algo totalmente normalizado en nuestra sociedad, no solo en los menores– y el 22% llegó a quedar en persona con gente que conoció a través de internet”.
Sin embargo, todo comienza mucho antes, en parte como consecuencia de la inacción de la familia: “Al ser tan pocos los progenitores que fijan normas sobre el uso, no podemos obviar que las diferentes conductas de riesgo se relacionan con niveles de supervisión parental significativamente más bajos, ya que no existe una cultura de la seguridad en este sentido”, ha reconocido Torres.
“Un cuchillo puede ser una herramienta o un arma de matar. El niño conoce la diferencia y sabe utilizarlo bien, porque desde pequeño se le ha enseñado tanto la utilidad como el riesgo que implica utilizarlo mal: debemos hacer lo mismo con las nuevas tecnologías”, ha explicado la inspectora de Educación Ruth Rodríguez, que ha subrayado la importancia de un “acompañamiento digital” a los menores, que ya de por sí son nativos digitales. A su vez, otorga una gran parte de responsabilidad a los padres que, si bien “muchos no somos nativos digitales, sí hemos vivido el crecimiento de las nuevas tecnologías desde cero y, por tanto, conocemos los beneficios y los riesgos, mientras los menores solo ven los beneficios: no podemos dejarles con un instrumento en las manos y que ellos mismos se autoeduquen”, añade.
“Un cuchillo puede ser una herramienta o un arma de matar. El niño conoce la diferencia y sabe utilizarlo bien, porque desde pequeño se le ha enseñado tanto la utilidad como el riesgo que implica utilizarlo mal: debemos hacer lo mismo con las nuevas tecnologías”
“La mayoría de los datos de menores compartidos en redes no han salido de ellos en primera instancia, son los padres los que los inician. Ecografías, cumpleaños… Cosas que hacemos con buena voluntad, como algo inocuo, pero que son el caldo de cultivo perfecto para el grooming”, ha destacado Rodríguez, en referencia a esta práctica que supone el engaño a través de Internet por parte de adultos.
En España, según datos de Save the Children, el 75% de los menores ha sufrido algún tipo de violencia en la red. En el caso del grooming, la inspectora ha especificado que “este tipo de depredadores hacen un rastreo de estos datos desde el minuto uno. Cuanta más información exista, más atractiva es la víctima para el acosador y más vulnerable a su vez”. Y es que, según la experta, “los padres no son conscientes del impacto de la huella digital de sus hijos. Del mismo modo que los educamos en no hablar con desconocidos en la calle, ¿por qué normalizamos que hablen con cualquiera a través de una pantalla?”.
La infravaloración de la situación es “alarmante”, ha indicado Rodríguez, y es que “los padres desconocen las implicaciones penales que pueden tener las actuaciones de sus hijos en este sentido, pero al final el ‘nene’ rompe, papá paga. Sale muy caro en todos los sentidos. Por un lado, por lo que puede costarles la reparación del daño moral causado al otro menor y, por otro, por el daño irreparable que le producen”. No obstante, ha ofrecido datos optimistas a propósito de la prohibición del uso del móvil en los centros educativos de 9 comunidades autónomas en la actualidad, entre las que se encuentra Galicia. “Desde su entrada en vigor en diciembre hasta ahora, los expedientes correctores por ciberbullying han sido cero”, en referencia a los concellos gallegos en los que Ruth Rodríguez desarrolla su labor de inspección. “No deja de ser una medida coercitiva, pero muestra perfectamente el impacto de las nuevas tecnologías sobre el acoso escolar”.
En España, el 75% de los menores ha sufrido algún tipo de violencia en la red
La inspectora ha recordado el protocolo a seguir en caso de problemas: “Es vital que alumnos, padres y profesores conozcan recursos cuando han perdido el control y se ven involucrados en problemas. Deben tatuarse el número 017, la línea de ayuda en ciberseguridad de Incibe para empresas, padres, menores, educadores y, en definitiva, cualquier ciudadano, para atender consultas e incidentes relacionados con este tema”. Además, ha explicado que “hay que basarse siempre en el diálogo y el aprendizaje mutuo para realizar un acompañamiento digital eficiente, estableciendo unas normas consensuadas entre todos que se sustenten en cinco pilares básicos: seguridad, privacidad, valores, pensamiento crítico y respeto, factores innegociables para hacer un uso más seguro y responsable de la tecnología, haciendo de internet un lugar mejor para todos”.
Finalmente, Salvador Serrano, responsable del Área de Protección de Datos de PSN Sercon, ha sumado algunos datos del Estudio sobre el impacto de la tecnología en la adolescencia. Entre los más destacados, los tiempos de visualización de pantallas de los adolescentes, que superan las 5 horas diarias en un 31,6% de los casos, un porcentaje que durante el fin de semana se eleva hasta el 49,6%. Por otro lado, la edad de acceso al teléfono móvil no alcanza siquiera los 11 años (mientras la normativa española marca los 14 años como edad mínima para que los menores puedan consentir, desde la Unión Europea marcan un margen entre los 13 y 16, dejando libertad a cada país). Más del 83% de estos menores tiene perfil en al menos tres redes sociales, y más del 61% cuenta con más de un perfil en una única red.
“Es vital que alumnos, padres y profesores conozcan recursos cuando han perdido el control y se ven involucrados en problemas"
Serrano también se ha referido al “tan temido aburrimiento” de los menores, una de las causas que hacen que se sientan atraídos por las nuevas tecnologías, “algo que han vivido desde que nacen, por tanto, para ellos no son nuevas. El aburrimiento es fundamental para despertar su imaginación, es la antesala de la creatividad”.
Asimismo, ha insistido sobre “el amplio margen de mejora” en la gestión que hacen los padres sobre el uso de los dispositivos por parte de sus hijos, y ha aludido a los consejos derivados de un contrato sobre este tema compartido por el Instituto Nacional de Ciberseguridad, en el que se establecen los modos de proceder por parte de padres e hijos. Para concluir, ha recalcado la importancia que tiene establecer lazos de confianza entre padres y menores, ya que “es fundamental que cuando el menor esté en alguna situación incómoda o en riesgo pueda dirigirse a sus padres sin temor para recibir los consejos oportunos en situaciones delicadas y comprometidas”.