Son muchos los facultativos que, toda vez que cumplen 65 años, apuestan por seguir ejerciendo su profesión. Unos médicos que consideran que su talento y experiencia deben continuar al servicio de los ciudadanos, dejando a un lado la edad ordinaria de jubilación fijada en el Estatuto de los Trabajadores.
Desde hace dos años, el Servicio Gallego de Salud (Sergas) permite a los médicos que ejercen en la autonomía aplazar su retirada de la vida laboral. A finales de 2017, Sanidade anunció que se habían autorizado el 94,1% de las prórrogas a la jubilación solicitadas por los profesionales entre mayo de 2016 y abril de 2017.
A finales de 2017, Sanidade anunció que se habían autorizado el 94,1% de las prórrogas a la jubilación solicitadas por los profesionales entre mayo de 2016 y abril de 2017
Sin embargo, esta extensión laboral solo se prolonga en la sanidad pública gallega hasta los 67 años. A esta situación hay que añadir las jubilaciones forzosas a las que se vieron sometidos una gran cantidad de galenos antes de la decisión adoptada por la Xunta de Galicia en 2016 de extender la relación contractual.
Por este motivo, la sanidad privada se ha convertido en el ‘plan de jubilación’ de algunos facultativos gallegos. En este contexto, los galenos advierten que si el Sergas no quiere “aprovechar este capital humano”, en los centros hospitalarios privados no hay límite de edad.
"Se los rifan porque son profesionales de alta calidad", explica el doctor Manuel Martín al diario Faro de Vigo, un médico de Familia que ejerce en Marín (Pontevedra) y que señala que una serie de compañeros han terminado abriendo su propia consulta o trabajando para la privada. “Se desperdician a muchos facultativos en plenitud de su carrera”, concluye.