Galicia es una comunidad autónoma en la que se hace uso de dos millones de inhaladores, de los cuales cerca de la mitad son inhaladores de dosis medida (MDI) y la otra mitad son inhaladores de polvo seco (DPI). Una realidad que “no es buena” para el medioambiente.
Así lo explica el doctor Javier González Barcala, neumólogo del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), quien subraya que los MDI son un tipo de inhaladores con gran impacto en la huella de carbono de la autonomía. “Si cerca del 50% producen este efecto en el medioambiente, debemos tomar acción y reducirlo”, apunta en una entrevista concedida a ConSalud.es.
“Un inhalador del tipo MDI tiene un impacto equivalente a un coche medio europeo recorriendo 290 kilómetros”
En este contexto, el doctor González Barcala hace una comparativa muy representativa: “Un inhalador del tipo MDI tiene un impacto equivalente a un coche medio europeo recorriendo 290 kilómetros”. “Es una barbaridad, es muchísimo”, lamenta el facultativo.
Si bien señala que su reflejo no se aprecia de forma masiva en la consulta de Neumología, advierte que toda la ciudadanía está expuesta “todos los días” a esta circunstancia. “Es una suma de cantidades pequeñas que generan impacto y, además, el problema es creciente: si no ponemos límites, cada vez iremos a peor”, insiste.
“Hay un estudio que dice que, si se cambiara cada semana un inhalador MDI por un DPI, en 10 años el ahorro de toneladas de CO2 sería de casi cuatro millones”
A igualdad de condiciones y priorizando el mejor tratamiento para el paciente, el neumólogo gallego apuesta por los inhaladores de polvo seco como la alternativa óptima para proteger el medioambiente. De hecho, manifiesta, “hay un estudio que dice que, si se cambiara cada semana un inhalador MDI por un DPI, en 10 años el ahorro de toneladas de CO2 sería de casi cuatro millones”. “El impacto es brutal”, expresa.
En este sentido, precisa que el 90% de los pacientes pueden manejarse con los inhaladores de polvo seco. El problema, continúa, reside en la falta de conocimientos sobre esta materia entre profesionales sanitarios y pacientes. Por todo ello, el doctor Javier González Barcala enumera las tres claves para revertir la coyuntura: “formación, información e ilusión”.