La noche de Halloween, que se celebra el 31 de octubre, ha llegado a todas partes, y se celebra como una noche de disfraces de terror y miedo en la que los más pequeños, y los que no lo son tanto, se disfrazan y van de puerta en puerta pidiendo dulces. Para estos disfraces, suelen usarse lentes de contacto de fantasía, unas lentillas que permiten modificar el color y aspecto del iris con sus múltiples formas y patrones.
Detrás de esta moda, se esconde un gran peligro para los ojos. Estas lentes no correctoras, diseñadas únicamente para modificar la apariencia de los ojos, se pueden adquirir fácilmente en variedad de establecimientos no autorizados y sin ningún tipo de control sanitario, y especialmente a través de internet. Por ello, desde el Colexio Oficial de Ópticos-Optometristas de Galicia advierten de los riesgos de utilizar estas lentes sin la supervisión de un óptico-optometrista.
Los expertos ponen sobre la mesa como las lentes de contacto cosméticas no son un simple accesorio de moda, sino que son un producto sanitario, y como tal deben cumplir los mismos requisitos que las lentes correctoras. Es decir, obligatoriamente deben ser adaptadas por un profesional óptico-optometrista y en un establecimiento sanitario de óptica. “Solo un óptico-optometrista puede evaluar si un paciente es apto para la utilización de lentes de contacto”, explica la presidenta del Colexio, Esther Amaro
“Solo un óptico-optometrista puede evaluar si un paciente es apto para la utilización de lentes de contacto"
Las lentes de contacto de fantasía están hechas en medidas estándar. Esto puede provocar que cuando la lente no es la adecuada para el globo ocular, se puede producir hipoxia y daños en la córnea que podrían derivar en úlceras. Por ello, el Colexio hace hincapié en que es necesario visitar a un profesional cualificado para que tome la medida del ojo y seguir correctamente sus indicaciones de uso. Además, desaconsejan la utilización de lentes cosméticas o decorativas en niños, porque no tiene sentido exponerlos a todos estos riesgos, ni siquiera por un par de horas mientras están disfrazados.
En cuanto a las consecuencias, los profesionales explican que existen dos tipos de daños provocados por las lentes de contacto: los inherentes a la lente, es decir, reacciones alérgicas y corneales, y los ocurridos por un mal uso y cuidado de la lente una situación que sucede en un 98% de los casos. Estos problemas pueden estar presentes tanto en las lentes de contacto convencionales como en las estéticas.
Algunos de los riesgos asociados al mal uso de lentes de contacto son conjuntivitis, inflamación, reacción alérgica y abrasión corneal derivada de una mala adaptación de las lentes de contacto. Problemas adicionales a las lentes cosméticas pueden derivar en reducción de la agudeza visual, sensibilidad al contraste y otras discapacidades visuales debido a las zonas opacas que tienen estas lentillas.