El dolor es la señal que envía el sistema nervioso para alertarnos de que algo no va bien. Todas las personas lo han experimentado a lo largo de su vida. Tanto, que es la causa más frecuente para acudir a una consulta médica, aunque el paciente no sepa el origen de este dolor. Así lo ha recordado la Organización Mundial de la Salud coincidiendo con el Día Mundial contra el Dolor, que se celebra hoy 17 de octubre. Al hilo, la OMS subraya que "el dolor crónico es una enfermedad y su tratamiento, un derecho humano".
En España, cuatro de cada diez personas viven con dolor, lo que se traduce en unos 17,5 millones de ciudadanos en total. Por ello, se hace necesario tener unidades especializadas del dolor, como la que ha puesto en marcha esta semana el Hospital Ribera Polusa de Lugo. Esta Unidad del Dolor está integrada por profesionales superespecializados en el diagnóstico de síndromes dolorosos, así como en tratamientos avanzados y/o resolución de episodios que causan dolor.
En esta Unidad y según informa el responsable de la misma, el Dr. Carlos Fernández Ramos, se realiza el seguimiento y tratamiento de estos pacientes "con el objetivo de mejorar su calidad de vida o resolver, siempre que sea posible, el origen del problema que le causa el dolor". El también jefe del Servicio de Anestesia y Reanimación añade que, para conseguirlo, también se controla la medicación del paciente para mejorar su efectividad y se recurre a técnicas especializadas que, en ocasiones, permiten reducir o incluso eliminar dicha medicación.
El objetivo último es "mejorar la calidad de vida del paciente" y "acabar con el origen de su dolor"
El grupo sanitario Ribera insiste en que "sentir dolor nunca es agradable, pero vivir con dolor durante un tiempo de moderado a largo suele limitar acciones cotidianas como el estudio o el trabajo y también las relaciones personales y familiares. En este escenario, la Sociedad Española del Dolor recoge en esta guía cuáles son los diferentes tipos de dolor y por qué aparecen. En ella también se señalan los casos en los que el dolor solo es tratable, una vez que no se puede atajar en su origen. Este es el caso de las cefaleas o migrañas en las que se ha descartado una enfermedad cerebral grave, los dolores de espalda asociados a la edad, el dolor artrítico o el dolor tras una lesión traumática.
"Estos pacientes también pueden acudir a Ribera Polusa, porque en su Unidad del Dolor se facilita el tratamiento de cualquier tipo de dolor, se llevan a cabo técnicas invasivas para su manejo, infiltraciones lumbares y de nervios periféricos y también la telerehabilitación para síndromes dolorosos crónicos y agudos. Además, en esta consulta se reciben también casos para los que se busca una segunda opinión", informa Ribera.
El Dr. Fernández Ramos recuerda que para que el diagnóstico y tratamiento sean los más adecuados, es fundamental que el paciente lleve a consulta "todos los informes posibles de su historial médico, así como una relación detallada de la medicación que toma y que ha tomado". El objetivo último, concluye el especialista, es "mejorar la calidad de vida del paciente, pero en la medida de lo posible, vamos a intentar acabar también con el origen de su dolor".