El Hospital Ribera Almendralejo, gestionado por el grupo sanitario Ribera, cuenta con un programa de atención a pacientes con daño cerebral especializado en problemas neurológicos, cognitivos, conductuales y de movilidad, causados por alteraciones musculoesqueléticas. El equipo que atiende a estos pacientes es multidisciplinar y está constituido por un fisioterapeuta, una terapeuta ocupacional, enfermeras, auxiliares y médicos.
"Una de las características del daño cerebral es la variabilidad en sus secuelas, lo cual exige un enfoque de atención individualizado y centrado en el paciente", explica la terapeuta ocupacional de Ribera Almendralejo, Clara Ginés, que añade que las personas ingresadas en este centro con daño cerebral, son pacientes de media o larga estancia que "se quedan con nosotros hasta su recuperación total o hasta que son derivados a un centro específico".
Ribera Almendralejo informa que algunas de las alteraciones más frecuentes que se ven en este hospital son las que suponen déficit motor, hemiparesia, pérdida en destreza fina o gruesa o trastornos del equilibrio; alteraciones musculoesqueléticas como la hipertonía y espasticidad; alteraciones cognitivas, como los trastornos de memoria y las dificultades de atención y concentración; y alteraciones conductuales, como la disminución de la capacidad de iniciar respuestas, la agitación repentina o continuada, o la poca conciencia de sí mismo, entre otras.
El programa de atención a pacientes con daño cerebral trabaja también la atención, “para así conseguir más comunicación del paciente con los profesionales sanitarios y, sobre todo, con su familia y su entorno”
Al hilo, Ginés añade que el equipo especializado en estos pacientes con daño cerebral planifica y pone en marcha el tratamiento "en base a los objetivos que queremos conseguir con el paciente". Para alcanzar esos objetivos, el equipo trabaja "la autonomía en actividades básicas de la vida diaria, dependiendo del grado de afectación de cada uno, para ayudarles a recuperar, en la medida de las posibilidades de cada uno, su independencia para la alimentación, el baño, el aseo o vestirse”. Para ello, se utilizan las adaptaciones más indicadas en cada caso “mediante ayudas físicas y/o verbales, para que el paciente pueda realizarlo de la forma más independiente posible”.
También se trabaja la espasticidad y la hipotonía que presentan algunos pacientes, mediante movilizaciones activas y pasivas, así como la sensibilidad, “que suele estar muy afectada” y la integración de la una parte de su cuerpo. Tanto es así, que "muchas veces no son conscientes del lado que ha resultado afectado por el daño cerebral", asegura la terapeuta. Y como las alteraciones muchas veces no son solo físicas, el programa de atención a pacientes con daño cerebral del hospital Ribera Almendralejo trabaja también la atención, “para así conseguir más comunicación del paciente con los profesionales sanitarios y, sobre todo, con su familia y su entorno”.
El equipo de este centro enseña a estos pacientes el uso de “ayudas técnicas” que muchas veces son necesarias tras estos episodios, como andadores y bastones. “Lo que se pretende es que el paciente consiga el mayor grado de independencia posible para su alta hospitalaria”, concluye Clara Ginés.