La legislatura en Extremadura se acerca a su final de cara a las próximas elecciones autonómicas del 28 de mayo. Un periodo con José María Vergeles al frente de Sanidad por segundo curso y marcado, como en el resto del país, por la llegada de la Covid-19 a la región. Como no podía ser de otra manera, la sobrevenida pandemia ha sido el mayor reto al que se ha tenido que enfrentar el Servicio Extremeño de Salud (SES), aquejado del mal endémico actual de la falta de profesionales y la sobrecarga asistencial. Unas realidades que el consejero ha trabajado para paliar, dando respuesta a las demandas de los sindicatos y paralizandola huelga sanitaria que amenazaba su territorio.
El reelegido presidente socialista de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, decidió en 2019 renovar su confianza en Vergeles al frente de la cartera sanitaria, así como otorgarle el cargo de vicepresidente regional, dando continuidad al trabajo que venía desarrollando desde su primer nombramiento en 2015. Una segunda etapa que el consejero arrancó con relativa tranquilidad, ya con la apertura desde comienzos de ese año del nuevo Hospital de Cáceres a disposición de los extremeños. Del mismo modo, tuvo que sofocar a finales de 2019 las movilizaciones de los MIR de Urgenciasde Cáceres, que demandaban un plan de supervisión y la contratación de más personal en el departamento.
“La Atención Primaria será uno de los temas importantes para el ejercicio 2020 y siguientes”, afirmó entonces de forma premonitoria José María Vergeles
El año 2020 arrancó con la presentación a los sindicatos presentes en la Mesa Sectorial de Sanidad, por parte del responsable sanitario, de las propuestas del Marco Estratégico de la Atención Primaria de Salud. Unas medidas destinadas principalmente a abordar la falta de especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria en Extremadura, con una de las ratios más bajas del país en médico por pacientes; llegando a alcanzar en algunos centros las 1.800 tarjetas por médico. “La Atención Primaria será uno de los temas importantes para el ejercicio 2020 y siguientes”, afirmó entonces de forma premonitoria José María Vergeles.
Sólo dos meses después, el 1 de marzo, se detectaron los 4 primeros casos extremeños de Covid-19.Un virus que a la postre ha dejado unos 2.726 fallecidos en la región y la sitúa como la décima CC.AA. en mortalidad con respecto a su población. El primer impacto fue sobrellevado bajo el paraguas del estado de alarma decretado por el Gobierno central y los sucesivos meses de confinamiento domiciliario, mientras los sanitarios extremeños se afanaban por salvar vidas con los recursos disponibles.
Tiempos difíciles en el marco de una crisis sanitaria que durante 2020 la consejería trataba de aplacar con medidas como las mascarillas; limitación de aforos; prohibición de reuniones; cierre de hostelería, comercio y ocio; toques de queda; o clausuras perimetrales; con el fin de mantener a raya la ocupación en la UCI.
La llegada del 2021 trajo la esperanza de una muy aguardada vacuna, gracias a la cuál se pudo lograr progresivamente trazar un plan de inmunización social. Escalonadamente, los extremeños fueron recibiendo su dosis
La llegada del 2021 trajo la esperanza de una muy aguardada vacuna, gracias a la cuál se pudo lograr progresivamente trazar un plan de inmunización social. Escalonadamente, los extremeños fueron recibiendo su dosis, desde los más vulnerables hasta la inmunización colectiva actual. Un año de “nueva normalidad” y salpicado de sucesivas olas de contagio que mantuvieron periódicamente las medidas de cautela. Un curso en el que al margen del control de la pandemia, Vergeles destacó en ConSalud.es la aprobación del Plan de Acción para Atención Primaria de Salud 2022-2023, así como la del PERTE en salud de vanguardia.
Tras la tempestad de los dos años anteriores, el 2022sirvió para poner sobre la mesa las lecciones aprendidas en el periodo anterior sobre la necesidad de mejorar los servicios asistenciales extremeños, especialmente en AP; con medidas comola renovación del Plan de Ordenación de Recursos Humanos del Servicio Extremeño de Salud (SES), en el que se recogía la posibilidad de que la jubilación de los sanitarios se llevase a los 67 años, prorrogable excepcionalmente a los 70 de forma voluntaria. Una acción con el fin de paliar la falta de trabajadores en el SES. Del mismo modo, se implementó un Plan para frenar las agresiones a facultativos -es la tercera región con más casos-. Un 2022 que también dejó la reducción del 10% en las listas de espera de la región, por primera vez tras la pandemia.
El Sindicato Médico de Extremadura (Simex) planteó la convocatoria de una huelga que llamaba a los médicos extremeños de Atención Primaria y hospitales a dos jornadas de paro durante el 26 y 27 de enero
El final del pasado año y el comienzo de 2023 trajeron un periodo de reclamaciones sanitarias para dar respuesta a la situación de sobrecarga asistencial, falta de suficientes efectivos en plantilla y agravios comparativos en las condiciones laborales respecto a los homólogos de otras CC.AA. De esta manera, el Sindicato Médico de Extremadura (Simex) planteó la convocatoria de una huelga que llamaba a los médicos extremeños de Atención Primaria y hospitales a dos jornadas de paro durante el 26 y 27 de enero. Una situación que finalmente José María Vergeles logró reconducir con ofertas como la limitación de agenda a los facultativos, trabajo voluntario por las tardes e incrementos retributivos en las horas de guardia.
De esta manera, termina una legislatura en Extremadura para el consejero -quien este mismo lunes ha firmado el decreto de convocatoria de las próximas elecciones- en la que se ha superado una alerta sanitaria global, que ha servido para reforzar la apuesta por la digitalización y para concienciarse de la necesidad de una Atención Primaria fuerte. La CC.AA. tiene pendiente mejorara en aspectos como la atracción y retención de profesionales sanitarios en el SES o la mejora en las listas de espera quirúrgicas -es la cuarta comunidad con peores datos, tras Cataluña y Aragón-. Sin embargo, no es menos cierto que se trata de la segunda CC.AA. que más invierte en sanidad pública y contará para 2023 con el mayor presupuesto de su historia en este ámbito. Los extremeños son además por octavo año consecutivo los españoles que más sangre donan.