Las próximas elecciones europeas del 9 de junio han servido de freno en las negociaciones para formar Gobierno en el País Vasco y Cataluña. Se presupone que, hasta que no finalicen esos comicios, las diferentes formaciones políticas no mostrarán sus verdaderas cartas a la hora de pactar el reparto de poder. Hasta entonces parece que ambas CC.AA. tendrán que esperar para presenciar la investidura de su nuevo presidente regional y, por consiguiente, para descubrir quién será la persona encargada de tomar las riendas de su sanidad.
En este sentido, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), que reúne a los diferentes Consejeros de Salud del país junto al Ministerio de Sanidad, tiene reservadas dos de sus butacas, todavía sin nombre. En el caso de Euskadi, la gobernabilidad parece algo más clara, puesto que el PNV –ganador de las elecciones- contará con el anunciado apoyo del PSE. El parlamento vasco ha fijado ya el 20 de junio como la fecha elegida para la investidura del nacionalista Imanol Pradales, que entretanto tendrá que cerrar los flecos de la negociación con los socialistas.
El PSC ha puesto sobre el tapete de la negociación de investidura con los nacionalistas el control de algunas consejerías de peso como la de Salud
Por su parte, Cataluña presenta un escenario político mucho más complejo que el vasco, en el que tanto el PSC de Salvador Illa –vencedor de los comicios- como Junts de Carles Puigdemont –segunda fuerza- aspiran públicamente a ostentar el Gobierno de la Generalitat. Entremedias, ERC, socio necesario en cualquiera de las ecuaciones, ha consumado en las últimas horas un cambio de discurso que se aleja de su predecible apoyo a Illa. “Si Puigdemont acuerda su presidencia con el PSC, no lo bloquearemos. Pero que se pongan de acuerdo",aseguró este jueves Diana Riba, candidata republicana a las europeas.
SAGARDUI PODRÍA REPETIR
En este escenario, el País Vasco parece más cerca de formalizar un Ejecutivo que afronte los importantes desafíos sanitarios que aguardan en esta nueva legislatura. El creciente peso que las urnas han dado al PSE respecto a los anteriores comicios autonómicos ha llevado a los de Eneko Andueza a poner sobre el tapete de la negociación de investidura con los nacionalistas el control de algunas consejerías de peso como la de Salud. Una misión difícil, dado que el PNV ha marcado este departamento, junto a Educación, como una de sus líneas rojas.
Pradales tratará de retener el control de la consejería con más dotación presupuestaria, quedando abiertas las puertas a la continuidad de la responsable de Salud desde 2020, Gotzone Sagardui, o bien, a apostar por una nueva cara
Todo parece apuntar, por tanto, a que Pradales tratará de retener el control de la consejería con más dotación presupuestaria, quedando abiertas las puertas a la continuidad de la responsable de Salud desde 2020, Gotzone Sagardui, o bien, a apostar por una nueva cara del círculo nacionalista que ponga en marcha las iniciativas sanitarias recogidas en el último programa electoral del PNV. En cualquier caso, los principales desafíos parecen claros: asegurar las plantillas suficientes de profesionales sanitarios, reforzar la Atención Primaria o adaptar Osakidetza a las nuevas realidades –cronicidad, envejecimiento, digitalización, etc.–.
LA CONSELLERIA EN EL AIRE
Lo único que está claro en Cataluña es que de cara a la próxima legislatura habrá una nueva cara al frente de la cartera de Salud que deberá velar por cubrir la asistencia sanitaria de los ciudadanos. Manel Balcells, consejero desde el 10 de octubre de 2022, aseguraba antes de las elecciones autonómicas que su voluntad pasaba por continuar en el cargo tras las elecciones del 12 de mayo para poder "terminar un trabajo que está inacabado". Sin embargo, los malos resultados de ERC le han cerrado de un portazo esa posibilidad.
El perfil puede ser cubierto por una figura socialista o del círculo de Junts, dependiendo de si Salvador Illa o Carles Puigdemont se hacen con la presidencia de la Generalitat
En este punto, la elección del nuevo responsable sanitario quedará pendiente de quién sea finalmente el candidato que logre la investidura. Por lo que el perfil puede ser cubierto por una figura socialista o del círculo de Junts, dependiendo de si Salvador Illa o Carles Puigdemont se hacen con la presidencia de la Generalitat. Una tercera vía pasaría porque la imposibilidad de alcanzarse ningún acuerdo entre las formaciones catalanas aboque a unas nuevas elecciones autonómicas. Entonces, todo volvería a la casilla de salida y la sanidad quedaría en lista de espera.
Con todo ello, y tras la relativamente reciente elección en Galicia de Antonio Gámez Caamaño tras los últimos comicios, el País Vasco y Cataluña son ahora mismo las únicas dos CC.AA. a la espera de conocer la cabeza visible que regirá su departamento de Salud. Todo esto, en un contexto de falta de profesionales sanitarios en todo el país que, este mismo jueves, ha llevado a los consejeros de Sanidad del Partido Popular a reclamar a Mónica García la celebración de un CISNS dedicado de manera monográfica al abordaje de estas carencias.