De esta manera, cualquier usuario del Servicio de Salud de Castilla y León (Sacyl) podrá retirar, si lo precisara durante un desplazamiento en las comunidades autónomas anteriormente mencionadas, aquellos medicamentos prescritos mediante receta electrónica. Igualmente, los ciudadanos de dichas regiones podrán retirar sus tratamientos en las farmacias de Castilla y León sin necesidad de presentar la receta de papel.
La gran extensión y dispersión de esta comunidad autónoma ha repercutido en la implantación más tardía de este sistema
Se trata de la primera gran comunidad autónoma (por extensión) que incorpora este sistema de manera completa, después de se haya estado desarrollando durante este 2017 con la coordinación del Ministerio de Sanidad, la Gerencia Regional de Salud y con el trabajo del Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León (CONCyL).De hecho, desde la propia administración castellano leonesa han confirmado la dificultad en su implantación por “la gran extensión y dispersión de nuestra región”. Esto se suma a que se trata de un territorio de interior que limita con otras nueve comunidades autónomas y con las que existen “relevantes movimientos de población”. Esto, según informan desde la Consejería de Sanidad, “plantea retos a la hora de planificar la asistencia sanitaria, sobretodo en esas zonas limítrofes”.
Actualmente, la receta electrónica es la herramienta más utilizada en esta comunidad para la prescripción y la dispensación farmacéutica, con casi 750.000 ciudadanos utilizándola. Desde su inicio, se han dispensado más de 30 millones de envases con este sistema y en el pasado mes de mayo el porcentaje de recetas electrónicas superó el 60%.
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