La Enfermería Pediátrica es una de las especialidades dentro de esta rama sanitaria que va destinada a adquirir competencias específicas para la atención a población infantil y juvenil. Unas labores que van desde el cuidado neonatal hasta que la persona a tratar alcanza los 16 años de edad. Por tanto, resulta el complemento ideal de un médico pediatra en los centros de salud de nuestro país. Sin embargo, no en toda la geografía española la incorporación de este perfil enfermero es homogénea, existiendo algunas regiones donde la especialidad está todavía por implantar dentro de los diferentes servicios de salud.
Una desigual apuesta autonómica por estos profesionales que la Asociación EIR ha reflejado en su último informe sobre la existencia y funcionamiento de bolsas de trabajo de Enfermería Pediátrica en España. En esta línea, uno de los autores del estudio y delegado territorial de AEIR-Andalucía, Enrique Cana Benítez, esgrime la radiografía nacional de este colectivo al que considera que, como a otras especialidades de Enfermería, le queda “un largo camino para su oportuno reconocimiento en el Sistema Nacional de Salud”, en declaraciones a ConSalud.es.
En hasta 11 Comunidades Autónomas -y la ciudad de Ceuta- la incorporación de estos perfiles profesionales en la Sanidad no se encuentra operativa
La distribución de las bolsas de Enfermería Pediátrica por España refleja que en hasta 11 Comunidades Autónomas -y la ciudad de Ceuta- la incorporación de estos perfiles profesionales en la Sanidad no se encuentra operativa. En ellas, el potencial de estas personas formadas en el ámbito no está siendo aprovechado para ofrecer a los ciudadanos más pequeños una asistencia específica y adaptada plenamente a sus peculiaridades. Los puestos en los departamentos pediátricos son ocupados por enfermeras procedentes de una bolsa general que pueden o no tener una formación previa para el cuidado de menores.
En concreto, el estudio desarrollado por la Asociación EIR apunta en la actualidad a 6 regiones donde la bolsa para este perfil profesional ni siquiera existe. Esto es lo que sucede en Asturias, País Vasco, Navarra, La Rioja, Cataluña y Castilla-La Mancha, además de la ciudad autónoma de Melilla. A estas se suman otras 5 autonomías, así como Ceuta, en donde, al menos, se ha articulado un espacio para la contratación de estas enfermeras: Extremadura, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares y Canarias. Sin embargo, en ninguno de estos lugares la bolsa se ha puesto todavía en funcionamiento.
Finalmente, el informe de AEIR revela que entre los territorios con una apuesta más decidida por aprovechar las cualidades de las enfermeras pediátricas en España se sitúan 6 CC.AA., donde las bolsas de contratación están presentes y operativas en sus servicios de Salud: Galicia, Castilla y León, Cantabria, Comunidad de Madrid, Aragón y Andalucía. Un escenario que no implica que la incorporación de efectivos enfermeros especializados en Pediatría no disponga aún de un importante grado de mejora en todos los centros o niveles asistenciales.
La bolsa para enfermeras pediátricas “es común tanto para especialistas EIR como para generalistas con un determinado tiempo trabajado en UCI pediátrica o neonatal
Un ejemplo de ello es Andalucía, donde, como sucede en otras CC.AA. en muchos casos, la bolsa para enfermeras pediátricas “es común tanto para especialistas EIR como para generalistas con un determinado tiempo trabajado en UCI pediátrica o neonatal. Algunas regiones incluso permiten el acceso con cursos de formación”, apunta el delegado de AEIR en la región. Por lo tanto, este espacio de contratación en alguno de estos territorios no se circunscribe exclusivamente a las enfermeras que se han formado en la especialidad de Pediatría.
De manera similar, existe otro “problema bastante importante” con la Enfermería Pediátrica en el país, su extensión al primer nivel asistencial. “Se trata de una especialidad presente tanto en hospitales como en Atención Primaria. Sin embargo, algunas CC.AA. no han apostado decididamente por ella en la Primaria y la conciben como un perfil destinado meramente a la asistencia hospitalaria”. Una tendencia a “renegar” de este colectivo profesional en AP que Cana Benítez considera necesario subsanar para facilitar la mejor atención posible a los más jóvenes en todo el sistema sanitario.
Implica una atención más “singular y diferenciada” y puede influir en circunstancias tan importantes como “la dosificación de los fármacos en base al peso, no contemplado en adultos
Una de las comunidades autónomas donde la incorporación de este perfil profesional en Atención Primaria tiene un importante recorrido por delante todavía es Andalucía. Para mostrar su compromiso en ello, este pasado martes la directora general de Personal del Servicio Andaluz de Salud (SAS), Dña. Carmen Bustamante, mantuvo una reunión con la Asociación de Enfermería Pediátrica en la región, en la cual abordaron la situación de la especialidad y las necesidades más acuciantes trasladadas por este colectivo a los responsables sanitarios autonómicos.
De esta manera, la Enfermería Pediátrica aspira a su reconocimiento pleno en todos los servicios de salud y en los distintos niveles asistenciales del territorio. “Casi todas las especialidades aprenden a cuidar a adultos, Pediatría es diferente porque se centra en los menores”. Algo que implica una atención más “singular y diferenciada” y puede influir en circunstancias tan importantes como “la dosificación de los fármacos en base al peso, no contemplado en adultos. La casuística es concreta de los niños y muy distinta al resto de pacientes”, concluye Enrique Cana Benítez.