El cáncer de cérvix es un tipo de cáncer que se produce en las células del cuello uterino, en la parte inferior del útero que se conecta a la vagina. En la amplia mayoría de los casos viene provocado por diferentes cepas del virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual. El propio sistema inmunitario del cuerpo suele actuar como barrera para evitar que este patógeno cause daños en el paciente. Sin embargo, en un pequeño porcentaje de mujeres permanece latente durante años y contribuye en un proceso por el que algunas células del cuello uterino se conviertan en cancerosas.
Se trata de un tumor de desarrollo lento, por lo que su detección temprana facilita sobremanera reducir su peligrosidad. Se calcula que en España se diagnosticarán en 2023 alrededor de 2.326 nuevos casos este año y será el causante de 700 fallecimientos, según datos de Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Unas cifras que podrían reducirse con la implantación efectiva de los cribados poblacionales en todo el país. En esta línea, la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud estipula que para 2024 todos los programas de cribado en cáncer de cérvix en las distintas CC.AA. deben estar en funcionamiento y alcanzar en 2029 el 100% de cobertura en España.
“Esto lleva a que alrededor del 70%-80% del cáncer de cérvix se produzca en mujeres que no han sido cribadas nunca o han tenido un cribado muy irregular”
Para lograr los objetivos marcados, las diferentes regiones tienen todavía un importante camino por delante. La jefa del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario de Getafe yportavoz de Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), Dra. Rosario Granados, aclara a ConSalud.es que la implantación en el cribado de cérvix en nuestro país es en este momento “muy heterogénea” a lo largo del territorio y se encuentra “menos avanzada” que en muchos otros países europeos. Las pruebas para la detección precoz sí están extendidas, pero no de una manera tan uniforme y programada como sería deseable.
La actual radiografía de estos cribados en España presenta la singularidad de requerir, por lo general, que sea la mujer quien dé el primer paso. “Se trata de un cribado muy desigual y oportunista. Las mujeres, cuando queremos, vamos a nuestro centro de salud a ver al médico para solicitar una prueba de citología o revisión ginecológica”. Meramente con estas visitas puntuales las pacientes se pueden asegurarse mantener a raya el riesgo. “El cáncer de cérvix necesita años de infección para que se desarrolle. Si una mujer en el transcurso de 8 años va, al menos, dos o tres veces alginecólogo y tiene varias muestras de citología, es muy raro que se escape una lesión tumoral”, aclara.
Sin embargo, el riesgo del actual cribado “oportunista” es que, a diferencia del cribado poblacional, puede dejar olvidadas a muchas mujeres que no disponen de acceso a este cuidado médico “por temas sociales, económicos, educativos o de aislamiento”. De esta manera, la estrategia de prevención del cáncer de cérvix en la actualidad no asegura plenamente la total cobertura –ronda el 30 o 60%- ni la igualdad de acceso en toda la población. “Esto lleva a que alrededor del 70%-80% del cáncer de cérvix se produzca en mujeres que no han sido cribadas nunca o han tenido un cribado muy irregular”, lamenta la doctora.
“Hay que dejar atrás el cribado oportunistas y pasar al poblacional; en el que el sistema de salud tiene la llave de que las mujeres reciban una revisión"
La detección precoz de este cáncer en nuestro país presenta también otra relevante particularidad: el tipo de análisis que se practica a las mujeres. “La citología se ha demostrado como un método muy útil durante los últimos 70 años y ha disminuido dramáticamente la mortalidad por el cáncer de cérvix. Sin embargo, se ha probado que es mucho menos sensible que la determinación molecular por el virus del papiloma humano para la detección de una lesión pre-neoplásica o neoplásica de cérvix”, destaca la jefa del Servicio de Anatomía Patológica del hospital getafense.
De esta manera, lo que vienen promoviendo los especialistas en el campo es articular lo antes posible una estrategia de cribado para mujeres de 25 a 65 años basada en dos líneas: que sea poblacional y preferiblemente por determinación molecular VPH. “Hay que dejar atrás el cribado oportunistas y pasar al poblacional; en el que el sistema de salud tiene la llave de que las mujeres reciban una revisión –las convoca-, en lugar de dejarlo al arbitrio de la propia persona”, asevera la experta.
PÁIS VASCO: CRIBADO CON NOTA
Una de las CC.AA. que se destaca por encima del resto en el irregular mapa del cribado de cérvix en España es Euskadi, donde muchos años de trabajo han dado sus frutos a nivel de implantación y eficacia en esta estrategia preventiva. “El País Vasco lo tiene totalmente implementado. Empezaron con un cribado oportunista en el 2016 y en el 2018 pasaron al cribado poblacional, centralizado en el Hospital de Donosti y con muy buenos datos. Es el modelo a seguir para las demás regiones”, destaca la portavoz de SEAP, quien menciona que Castilla-La Mancha “lo está haciendo bien, aunque no está completo” y regiones como Castilla y León o Aragón están haciendo análisis VPH también, pero de manera oportunista”.
“En Navarra, Galicia, Andalucía o la Comunidad Valenciana se están empezando a hacer concursos públicos para algunos de los reactivos. Están en vías de avanzar”
Por último, la jefa del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario de Getafe,Rosario Granados, aclara que existen otras CC.AA. en las que la implantación de este cribado se encuentran en fases más iniciales. “En Navarra, Galicia, Andalucía o la Comunidad Valenciana se están empezando a hacer concursos públicos para algunos de los reactivos. Están en vías de avanzar”. Por su parte, Cataluña y Madrid han impulsado “diferentes proyectos piloto”; la autonomía catalana en el Hospital del Vall d'Hebron y el de Bellvitge; y la región capitalina en el Hospital de Ramón y Cajal. “Todos los servicios de salud saben que para 2024 tienen que hacerlo”, concluye.