Entre las diferentes reclamaciones enfermerasen nuestro país destaca la recurrente reivindicación de que se reconozca el denominadosolape de jornada. Un margen de tiempo entre el cambio de turnos en el que el profesional que termina su labor y el que la comienza aprovechan para pasarse la información de interés sobre las circunstancias asistenciales de la jornada. Una situación que parece nimia, pero el trabajador ha de repetir cada día e implica un gran valor para la calidad de la atención sanitaria que proporcionan. Este periodo de entre 20 o 25 minutos de ‘toma de testigo’ conlleva un tiempo extra en muchos casos no reconocido.
De esta manera, como aclara a ConSalud.es la coordinadora del Instituto Español de Investigación Enfermera y portavoz del Consejo General de Enfermería (CGE), Guadalupe Fontán, cuando el profesional de Enfermería llega a su puesto “debe saber cuáles son las prioridades y la situación de los pacientes a los que va a tener que cuidar, lo que es tiempo de trabajo”. Un hábito para nada obligatorio, pero sí necesario para la “seguridad” de los pacientes y que los trabajadores llevan a cabo sin excepción porque lo marca su propia ética profesional. Circunstancia que el colectivo considera que no debería ser óbice para que les fuera reconocido este tiempo como parte de la jornada que desempeñan.
La enfermera no puede dejar su trabajo y marcharte sin trasladar esa información al compañero que viene. Se trata de una puesta en común que se agradece
Un reconocimiento del solape de jornada de 20-25 minutos por parte de las consejerías de Sanidad en España que según nos ha denunciado la portavoz del sindicato Satse, Paloma Repila, “ninguna comunidad autónoma cumple plenamente”. En concreto, seis CC.AA. y Ceuta y Melilla no contemplan todavía este periodo como parte de la jornada de sus enfermeras: Andalucía, Asturias, Canarias, Cataluña, Castilla-La Mancha y Galicia. Por otro lado, el resto de autonomías reconocen parcialmente esta reivindicación con tramos de tiempo -de 10 o15 minutos- inferiores a los demandados por el colectivo y que suelen prorratear a final de año.
El solape de jornada es un elemento imprescindible para llevar a cabo los cuidados al paciente con la oportuna seguridad y continuidad asistencial que requiere. De este modo, la necesidad de llevarlos a cabo se sustenta en que “la enfermera no puede dejar su trabajo y marcharte sin trasladar esa información al compañero que viene. Se trata de una puesta en común que se agradece porque se puede tratar de pacientes a los que se va a ver por primera vez. Evita que el compañero vaya a ciegas.”, aclara la portavoz del CGE. Esto conlleva que el profesional que se incorpora pueda definir la situación y las prioridades que han de regir su turno asistencial.
“No se trata de una circunstancia puntual, sino de una dinámica continuada que proporciona seguridad a los pacientes que están siendo tratados, a sus familias y a los propios profesionales"
Este traslado de datos se produce entre los compañeros de manera verbal en ese relevo y sirve para complementar los datos recogidos por escrito. De no producirse, conllevaría que el profesional de Enfermería tendría por delante “leer la información relativa a 12 o 15 pacientes, si hay que realizarles alguna prueba en el quirófano u otros problemas que podrían pillar por sorpresa”, remarca Fontán. Por ello, se perdería una importante cantidad de tiempo durante el cual el trabajador debería ponerse al día por su propia cuenta del ‘panorama’ que le aguarda.
El funcionamiento habitual es, por tanto, que la enfermera acuda a su jornada laboral alrededor de 20 minutos antes para ponerse al día. “No se trata de una circunstancia puntual, sino de una dinámica continuada que proporciona seguridad a los pacientes que están siendo tratados, a sus familias y a los propios profesionales. Por tanto, lo que pedimos es que se reconozca algo que la dinámica de trabajo y la seguridad asistencial requiere”, concreta la miembro del Consejo General de Enfermería. Una reivindicación enfermera que no es nueva y que ha venido avalada desde diferentes sentencias en los últimos años.
“Si se tratase de una retribución vendría bien, pero no es lo que estimamos más oportuno porque es tiempo trabajado"
En esta línea, la portavoz del sindicato de enfermería apunta por su parte que “el Tribunal Supremo ya se posicionó en 2020 al considerar que este tiempo de trabajo preparatorio tenía que entrar dentro de la jornada laboral”. Así, desde este colectivo se estima que el periodo previo y posterior a la jornada “suele rondar los 20 o 25 minutos”. Un reconocimiento en el solape de jornada que desde los sindicatos consideran que “si se tratase de una retribución vendría bien, pero no es lo que estimamos más oportuno porque es tiempo trabajado y nos parece mucho más acertado que esa compensación se haga recortando la jornada laboral anual”.
De esta manera, queda todavía un importante camino por recorrer en España para dar respuesta a esta reivindicación enfermera. Se estima que estos profesionales sanitarios hacen de media unas 80 horas al año en solape de jornada, siendo reconocido –parcialmente- sólo en Aragón, Baleares, Cantabria Castilla y León, Comunidad Valenciana, Euskadi, Extremadura, Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja. “Esta dinámica adoptada en algunas regiones debería ser unánime a nivel de todo el territorio nacional, no se entiende que unas comunidades lo contemplen y otras no”, concluye desde el CGE Guadalupe Fontán.