La reducción de la jornada laboral se ha convertido en un asunto candente de la actualidad nacional este 2025. Un ámbito que ha llevado incluso al desencuentro entre miembros del propio Gobierno, en concreto entre la vicepresidente segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y su homólogo en la cartera de Economía, Carlo Cuerpo. Paralelamente, en la sanidad pública el debate de las 35 horas arrancó su momento de mayor efervescencia hace apenas un par de años. No en vano, se trata de un derecho adquirido que los empleados del SNS terminaron perdiendo.
La crisis económica en 2012 llevó a que los responsables políticos aprobaran el aumento de la jornada laboral en la sanidad pública hasta las 37,5 horas semanales. Un recorte laboral que la pandemia de Covid-19 terminó consolidando. Tiempo después, y una vez superado lo peor, los sindicatos del ámbito sanitario pusieron en el foco recuperar esta jornada. Tras numerosas huelgas, protestas y reclamaciones a lo largo del país, a partir de finales de 2023, las CC.AA. fueron aviniéndose a devolver este derecho a los empleados.
Los profesionales cada vez tuvieron más argumentos para defender la armonización de esta medida en todas las regiones del país, evitando así un agravio comparativo
A medida que esto sucedía, los profesionales cada vez tuvieron más argumentos para defender la armonización de esta medida en todas las regiones del país, evitando así un agravio comparativo. Tanto es así que la jornada a 35 horas se ha extendido ya a lo largo de todo el territorio nacional, salvo contadas excepciones como Madrid o Navarra, donde no existe ningún avance al respecto.
Aparte de estas dos regiones, llama la atención que en feudos gestionados por el propio Ministerio de Sanidad –a través de Ingesa-, como Ceuta y Melilla, la jornada de 35 horas entre sus sanitarios también parezca un escenario irreal. De esta manera, ambas ciudades autónomas se encuentran entre los territorios que se adentran en 2025 sin ninguna perspectiva de ver aterrizar esta medida en el corto plazo.
La negociación de un recorte en el horario de trabajo de los sanitarios está polarizada por las dificultades que los servicios de salud local encuentran para la contratación de nuevos efectivos
Al margen del nuevo horario, la preocupación más acuciante pasa por solucionar las serias dificultades que supone la falta de médicos. "Plantearse una reducción de jornada resulta una utopía en este momento", aseguran desde el Sindicato Médico de Ceuta (SMC), desde donde urgen al Gobierno central a priorizar medidas para reforzar las plantillas, incentivar la llegada de facultativos a estas localidades –declaradas como zonas de difícil cobertura– y mejorar las condiciones laborales antes de poder ponerse a hablar de cualquier reajuste horario.
En este contexto, la negociación de un recorte en el horario de trabajo de los sanitarios está polarizada por las dificultades que los servicios de salud local encuentran para la contratación de nuevos efectivos. Las plantillas actuales, a duras penas, logran cubrir la propia jornada ordinaria y muchos trabajadores han de doblar turnos o afrontar continuados periodos de guardia ante la ausencia de relevos. Menos jornada significaría, por tanto, la incorporación de nuevos trabajadores y el consiguiente gasto en personal. Algo a lo que Ingesa no parece estar por la labor.
Podría convertirse en un incentivo añadido, al que habría que sumar otra serie de mejoras económicas y laborales para hacer de Ceuta y Melilla destinos deseables para más médicos
Pese a ello, la reducción de jornada es una demanda que los sindicatos de las ciudades autónomas han planteado reiteradamente en todas las mesas sectoriales. En esta línea, el presidente de la Junta de Personal de Ingesa y responsable de CSIF-Sanidad en Ceuta, Alejandro Artero, reprocha a la actitud de la Administración, por renunciar a abrir el debate de las jornadas de 35 horas semanales. “Siempre hay un pero con el que se justifica que no se avance en una posible negociación”, lamenta.
Desde la perspectiva de los sindicatos, ser de los pocos rincones de España donde los sanitarios no disfrutan de una jornada de 35 horas, no hace más que desalentar aún más la posible llegada de nuevos profesionales al otro lado del Estrecho. Por ello, consideran que, de revertirse la situación, podría convertirse en un incentivo añadido, al que habría que sumar otra serie de mejoras económicas y laborales para hacer de Ceuta y Melilla destinos deseables para más médicos.