El fomento de los tratamientos psicológicos dentro del ámbito de la Atención Primaria es una línea de trabajo que viene imponiéndose progresivamente en la sanidad de las diferentes CC.AA. Recientemente ha sido la Comunidad Valenciana la última región en incorporarse a la inclusión de psicólogos clínicos en los centros de primer nivel asistencial. La nueva normativa impulsada en este territorio, insta, además, a disponer de al menos un profesional de psicología clínica en cada uno de los centros de salud de AP. De esta manera, la Comunidad Valenciana viene a unirse a otras 8 CC.AA. que han dado ya pasos significativos en la adopción de medidas similares, tales como: Madrid, Cataluña, Navarra, Asturias, Baleares, Andalucía, Cantabria o Canarias.
La importancia de avanzar en la presencia de profesionales de salud mental en la asistencia del paciente de Atención Primaria en España ha sido una reclamación constante de Antonio Cano Vindel durante los últimos 10 años. El catedrático de Psicología y expresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) ha trasladado a ConSalud.es su satisfacción por la reciente medida adoptada en la Comunidad Valenciana, así como la importancia del reto que tiene nuestro país por delante en el campo de cubrir las necesidades de salud mental de los pacientes.
En España la faceta de la salud mental en AP “está desatendida y, por ello, resulta una alegría que se vayan incorporando más Comunidades Autónomas a la evidencia”
El psicólogo pone como ejemplo el caso de Reino Unido, donde el acceso a las terapias psicológicas se puso en marcha en el año 2006 y, desde entonces, se han contratado ya más de 10.000 psicólogos clínicos para su sistema de Atención Primaria, en su mayoría destinados a abordar problemas emocionales como la ansiedad o la depresión. “Cuando en España estamos empezando a avanzar en ello, allí nos llevan ya muchos años de ventaja”, lamenta Cano Vindel. No en vano, cinco años después de las primeras iniciativas al respecto en nuestro país, las ratios que registra el sistema nacional de salud se sitúan en 5 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, lejos de los 20 recomendados por la Organización Europea de Salud Mental.
En España la faceta de la salud mental en AP “está desatendida y, por ello, resulta una alegría que se vayan incorporando más Comunidades Autónomas a la evidencia de que tiene que haber atención psicológica de los problemas de ansiedad y depresión en Atención Primaria”, insiste el catedrático. En su momento, Cataluña fue la pionera en incluir a estos profesionales en sus plantillas del primer nivel asistencial y posteriormente han venido sumándose más regiones de manera desigual. En muchas de ellas, la iniciativa se encuentra en una fase de implantación embrionaria todavía, dándose el caso de comenzar con “sólo dos psicólogos para toda la CC.AA.”, refleja Cano Vindel.
Esta medida se ha demostrado como “el tratamiento más eficaz” para estos problemas de salud mental e implementarla cuanto antes, a la larga, permitiría “mejorar la calidad de vida de los paciente y ahorrar costes futuros” a la Sanidad
Un caso particular es el de la Comunidad Foral de Navarra, que cuenta con un programa en salud mental destinado a los pacientes de Atención Primaria con ansiedad y depresión en el cual el ciudadano en lugar de ir a sesiones de tratamiento psicológico en el centro de salud -como en otras-, es remitido a un departamento específico de salud mental para desarrollar sus consultas. Una aplicación diferente, la navarra, pero en la misma línea que las otras 8 CC.AA. involucradas. Sin embargo, el hecho de que existan 9 regiones en las que ya hay presencia de psicólogos clínicos en AP implica que “en el resto de España no hay ninguno en la primera línea de asistencia al paciente”, algo que alerta al catedrático de Psicología, quien, sin embargo, tiene claro que “al menos se está empezando y es cuestión de tiempo” que el resto de regiones nacionales se rindan a la “evidencia”.
Antonio Cano Vindel no logra comprender por qué hay tantas resistencias a incorporar la psicología clínica en Atención Primaria, pues considera que esta medida se ha demostrado como “el tratamiento más eficaz” para estos problemas de salud mental e implementarla cuanto antes, a la larga, permitiría “mejorar la calidad de vida de los paciente y ahorrar costes futuros” a la Sanidad. No invertir una pequeña cantidad de dinero en que haya entrenamiento psicológico para el paciente produce unos sobrecostes por ansiedad y depresión “del orden de 23.000 millones de euros al año”, lo que supone “el 50% de los costes de salud mental totales”, cifra el psicólogo.
La ausencia de estos psicólogos conlleva el riesgo de que se “medicalicen los trastornos mentales comunes”, al sustituir por medicamentos lo que debería suponer un seguimiento al paciente y un tratamiento oportuno
Además de la ventaja en la salud mental de los propios pacientes, la incorporación de psicólogos clínicos en los centros de salud liberaría a los médicos de AP de tener que hacer “evaluaciones psicosociales” en unas circunstancias actuales en las que “ya acarrean de por sí una sobrecarga asistencial importante”, señala el expresidente de SEAS, al tiempo que alertar de que la ausencia de estos psicólogos conlleva el riesgo de que se “medicalicen los trastornos mentales comunes”, al sustituir por medicamentos lo que debería suponer un seguimiento al paciente y un tratamiento oportuno que impida que el trastorno “se le cronifique”.
Entre las causas de la lenta adopción de medidas de fomento de los tratamientos psicológicos dentro del ámbito de la Atención Primaria podría encontrarse la falta de profesionales sanitarios de la que adolece el Sistema Nacional de Salud (SNS) en las diferentes CC.AA. Ante esta circunstancia, Cano Vindel, llama a la convocatoria de más plazas de psicólogo, por encima de las “alrededor de 200” del pasado año: “Pronto conoceremos el número de plazas de psicólogos internos residentes que se ofertan en las distintas Comunidades Autónomas, esperemos que se dupliquen al menos y sean más de 400”.
De este modo, si realmente se quieren cumplir las ratios recomendadas por la Organización Europea de Salud Mental en relación a los psicólogos clínicos por población, el compromiso de las CC.AA. ha de ser más decidido. No en vano, “la depresión y la ansiedad se convierten en las enfermedades que más discapacidad genera en España y no podemos empeñarnos en seguir tratando estas patologías de salud mental de la misma manera que hasta ahora”, concluye el catedrático de Psicología.