El Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona ha incorporado al diagnóstico bacteriológico una nueva plataforma robótica con un sistema de lectura mediante las nuevas herramientas de inteligencia artificial, que permiten estudiar más muestras en menos tiempo y liberan del trabajo más mecánico a los microbiólogos. Tal y como informa el centro, automatizando estos procesos, los profesionales del Servicio de Microbiología del hospital, que encabeza el Dr. Tomàs Pumarola, pueden reorientar sus esfuerzos hacia otras tareas de relevancia en el campo de las enfermedades infecciosas como la investigación traslacional y la vigilancia microbiológica, que tienen un impacto directo sobre los pacientes y la comunidad.
Esta nueva tecnología ha sido adquirida gracias a los fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) y se aplicará "a la mayor parte de diagnósticos de infección bacteriana, tanto de enfermos ingresados en el hospital como procedentes de la comunidad". Y es que la reducción de los tiempos diagnósticos "impacta favorablemente en la evolución y el pronóstico de aquellos enfermos que sufren infecciones bacterianas graves como las que cursan con sepsis, las infecciones del sistema nervioso central o las infecciones de vías respiratorias bajas. Además, tiene un gran impacto en pacientes con déficit del sistema defensivo (pacientes oncohematológicos) o pacientes ingresados a las unidades de críticos con un mayor riesgo de sufrir una infección relacionada con la estancia hospitalaria", explica el Vall d'Hebron.
En palabras de la jefa clínica de Bacteriología y Microbiología del Servicio de Microbiología del Vall d'Hebron, la Dra. Nieves Larrosa, "la plataforma robótica permite trabajar eficientemente más muestras en menos tiempo. Esto nos ayuda muchísimo en el diagnóstico de la infección. Acortar el tiempo que tardamos en hacer un diagnóstico es un reto permanente y resulta fundamental en infecciones graves como la sepsis y las infecciones por bacterias multirresistentes, así como en pacientes vulnerables como los pacientes hematológicos".
"Descargando a los técnicos de las técnicas manuales de poco valor, damos un paso adelante para que puedan dedicarse a la interpretación y validación de resultados"
Al hilo, el también director de los Laboratorios Clínicos del centro, el Dr. Pumarola, añade que "sin un diagnóstico preciso, el tratamiento contra una infección se hace un poco a ciegas, pero si aceleramos el diagnóstico y disminuimos el tiempo de respuesta para ofrecer un tratamiento adecuado, podemos mejorar la atención a los y las pacientes, minimizar los efectos adversos y reducir el gasto farmacéutico y el tiempo de hospitalización". Con la nueva plataforma los microbiólogos pueden tener el resultado de un cultivo de orina en 16-18 horas, mientras que antes tardaban entre 24 y 48 horas para obtener los mismos resultados. Los Laboratorios Clínicos de este hospital realizan más de 16 millones de determinaciones anualmente.
"A pesar de incorporar inteligencia artificial, la plataforma tiene que estar supervisada siempre por el equipo humano del Servicio de Microbiología", matiza el centro. “En la parte más automatizada, el robot sustituye al técnico que siembra la muestra, los incubadores inteligentes permiten una temperatura estable favoreciendo el crecimiento bacteriano y la digitalización de las imágenes de los cultivos y la aplicación de la inteligencia artificial y del 'machine learning' nos ayudará a optimizar los procesos y obtener resultados en menos tiempo”, subraya la Dra. Nieves Larrosa.
Los microbiólogos quedan liberados de las tareas más tradicionales y pueden dedicar este tiempo a la prevención y a otros trabajos de mayor valor añadido. "Descargando a los técnicos de las técnicas manuales de poco valor damos un paso adelante para que puedan dedicarse a la interpretación y validación de resultados. Además, también supone una descarga física por estos trabajadores, que evitan movimientos de repetición que pueden acabar produciendo lesiones a medio plazo”, concluye la coordinadora de técnicos superiores sanitarios de los Laboratorios Clínicos del Vall d’Hebron, Josefina Rodríguez.