Una de las técnicas más novedosas que existen hoy en día para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata es la hidroablación prostática robótica con agua guiada por ecografía, o Aquablation. Esta consiste en una ablación o destrucción del tejido prostático con suero fisiológico a temperatura ambiente por vía transuretral, mediante un chorro con una velocidad cercana a la del sonido, sin necesidad de incisiones y totalmente robotizada.
El Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Barcelona es uno de los centros con más experiencia en esta técnica que ofrece muchos beneficios para los pacientes. Se trata de una nueva terapéutica quirúrgica, mínimamente invasiva y tan eficaz como la resección transuretral convencional.
"El cirujano planifica previamente la operación mediante un ecógrafo transrectal. Así se puede medir el tamaño de la próstata y establecer cuáles son los límites de las estructuras anatómicas importantes que se han de preservar. Una vez decidida cuál es la zona de ablación que se va a realizar, es un robot quien la lleva a cabo de forma automática", explica el Dr. Enrique Rijo, responsable de la Unidad de Próstata del Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Barcelona.
Esta técnica reduce los efectos secundarios de la intervención convencional y el tiempo de operación
El papel del médico sigue siendo fundamental, ya que ha de ser un cirujano quien decida las zonas que se han resecar, pero la automatización posterior del procedimiento evita que se puedan producir fallos humanos, una de sus ventajas, aunque no la única. "Al tratarse de una operación mínimamente invasiva, también se reducen de forma significativa los tiempos de hospitalización. La intervención se lleva a cabo a través del conducto de la uretra y entre 24 y 48 horas después se puede dar el alta al paciente sin necesidad de sonda".
La otra gran ventaja que tiene este tipo de intervención frente a las más convencionales es que los efectos secundarios derivados de la misma son mucho menores. Al no utilizar ningún tipo de fuente de calor, es posible preservar mucho más la cápsula prostática. Otras técnicas la pueden acabar dañando, y provocar de forma ocasional una disfunción eréctil. Este riesgo con la hidroablación no existe.
Pero en donde los resultados son mucho más significativos es cuando hablamos de preservar el mecanismo de eyaculación. Solo un 20% de los pacientes sometidos a una resección transuretral clásica conservan la eyaculación, y en el resto se produce lo que se conoce como eyaculación retrógrada o seca. En los pacientes tratados con la hidroablación, hasta el 90% preservan de forma completa la eyaculación.
También reduce los tiempos de operación. Dependiendo del tamaño de la próstata que se está operando, la ablación del adenoma puede oscilar entre los 2 y los 6 minutos. A este tiempo se ha de añadir la planificación previa, que puede variar entre los 15 y los 25 minutos. En todo caso, con esta técnica nunca se superan los 50 minutos para una operación.