Plan del uso del catalán en Salud: "Una cosa es poder entenderse y otra exigir un nivel tan alto"

El presidente de Simecat, Dr. Nacho García, traslada su malestar por la actual estrategia de lingüística en la sanidad catalana, mientras que Metges de Catalunya comprende la necesidad de proteger la oportuna asistencia en ambas lenguas

El presidente de Simecat, Dr. Nacho García, aborda el plan del uso del catalán en Salud. (CS)
27 octubre 2024 | 11:00 h

El pasado 5 de agosto, el anterior consejero de Salud de Cataluña, Manel Balcells, presentó un nuevo plan para obligar al uso del catalán entre los profesionales sanitarios de la región. La puesta en marcha de esta estrategia se justificó en base al retroceso en su uso de esta lengua en el ámbito sanitario, basándose en dos encuestas; realizadas en 2020 (Estudio ULAS), en plena pandemia, y en 2023, por el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC) sobre 1.300 médicos. 

A partir de estas encuestas, el Departamento de Salud puso en marcha su “Plan para garantizar el conocimiento y uso del catalán en el sistema público de salud de Cataluña 2024-2026”, sacando adelante una iniciativa que refuerza la obligatoriedad en el conocimiento del catalán para poder ejercer en la sanidad pública o acceder a ella, establece figuras de control del uso de este idioma dentro de los centros e implementa cursos de formación para los profesionales en horario asistenciales, entre otras disposiciones. 

"Serán una especie de policía de la lengua dedicada a la inspección, que se une a la propuesta de incorporar requerimientos lingüísticos en la apertura, acreditación e inspección de los centros sanitarios"

En este contexto, el presidente del Sindicato Médico Catalán (Simecat), Dr. Nacho García, explica a ConSalud.es que "no es de recibo" justificar una estrategia de tal calado en base a encuestas realizadas durante la pandemia o llevadas a cabo por organizaciones "beligerante y de marcado posicionamiento político" que, además, "no pueden hablar por todos los médicos catalanes". No en vano, admite que el "malestar" de muchos de sus afiliados les ha llevado a alzar la voz frente a la "politización" de una realidad en la que el empleo del catalán en sanidad "nunca ha supuesto ningún problema". 

Entre los principales aspectos que contempla el Plan se destaca la inversión de 2 millones de euros y la contratación de 12 personas (1 coordinador, 10 expertos en política lingüística y 1 personal administrativo). Unos recursos que, a entender de García, estarían "mejor empleados en solucionar problemas mucho más graves", como las escandalosas listas de espera, la falta de personal o las mejorables condiciones laborales de las plantillas, entre otras. En lugar de eso, remarca el presidente sindical, "prefieren centrarse en el tema lingüístico por motivos claramente políticos y partidistas".

"Honestamente, que un hospital tenga que dedicar sus esfuerzos en esto, en lugar de centrarse en la que debe ser su papel -atender a los pacientes- me parece que está de más"

Asimismo, Simecat traslada su preocupación por la designación por parte de las entidades proveedoras de un “referente lingüístico” para facilitar la implementación y seguimiento del Plan en cada entidad, así como la figura del “técnico de planificación lingüística” en cada territorio. "Serán una especie de policía de la lengua dedicada a la inspección, que se une a la propuesta de incorporar requerimientos lingüísticos en la apertura, acreditación e inspección de los centros sanitarios", relata el presidente sindical, ante lo que considera que un centro debe abrir en base a otras necesidades que "nada tienen que ver con el idioma".

Además, el Plan recoge que los centros se verán obligados a aprobar un documento que defina cuál es su política lingüística. "Honestamente, que un hospital tenga que dedicar sus esfuerzos en esto, en lugar de centrarse en la que debe ser su papel -atender a los pacientes- me parece que está de más", sostiene, denunciando que ante la gravísima falta de médicos "es un despropósito intimidar con amenazas y exigencias disparatadas sobre el uso del catalán".

"Queremos que pase de requisito a mérito. Nos parece correcto y necesario tener un nivel de catalán óptimo para entenderse, pero la actual exigencia es de un nivel muy alto"

Respecto a la posibilidad de poder atraer a más facultativos procedentes del resto del país, e incluso extracomunitario, el responsable de Simecat tiene claro que la actual exigencia del conocimiento nivel C de catalán es "una barrera para su acceso a la sanidad pública catalana", ya de por sí deficitaria de estos profesionales. "Queremos que pase de requisito a mérito. Nos parece correcto y necesario tener un nivel de catalán óptimo para entenderse, pero la actual exigencia es de un nivel muy alto"

Un último aspecto que no termina de agradar al Sindicato Médico Catalán es la puesta en marcha de cursos de catalán en horario laboral, es decir, "durante el tiempo en el que el profesional debe dedicarse a la asistencia al ciudadano". "Nuestra opinión es que con la actual oferta de cursos de catalán basta para mejorar el conocimiento de la lengua catalana y se puede prescindir del resto de acciones", concluye García.

"NO ES UN TEMA MENOR"

Por su parte, desde el sindicato Metges de Catalunya trasladan a ConSalud.es prudencia ante este Plan de la Conselleria de Salud, dejando claro que "los pacientes tienen derecho a ser atendidos en los dos idiomas oficiales, catalán y castellano, por lo que los profesionales deben conocerlos y entenderlos". Asimismo, comprenden la necesidad de facilitar el aprendizaje del catalán a quien lo necesite, algo que, al tratarse de una formación laboral, "ha de incluirse en el tiempo de trabajo, dentro del periodo no asistencial que recoge la jornada laboral de cualquier médico".

"Nuestro idioma vehicular como sindicato -Metges- es el catalán y, como una de las organizaciones sociales más relevantes, tenemos el deber de protegerlo y potenciarlo como el patrimonio cultural que es"

Con todo, Metges sostiene la importancia del conocimiento del catalán en sanidad, no siendo "un tema menor" o un mero "valor añadido". "Nuestro idioma vehicular como sindicato es el catalán y, como una de las organizaciones sociales más relevantes de Cataluña, tenemos también el deber de protegerlo y potenciarlo como el patrimonio cultural que es y representa", concluyen.

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