Las patologías de la aorta son un grupo heterogéneo de enfermedades con un denominador común, que es la afectación grave de la aorta. La arteria aorta es una arteria muy importante, puesto que se encarga de enviar la sangre a diferentes órganos y partes del organismo. En función de la región anatómica, recibe diferentes nombres: aorta descendente, arco aórtico o aorta torácica y abdominal.
Hay muchos tipos de patologías aórticas. Algunas se presentan de forma aguda, como los síndromes aórticos agudos (disecciones de la aorta, hematoma intramural o úlcera arteriosclerótica penetrante); otras siguen un curso crónico, como el aneurisma arteriosclerótico o asociado a valvulopatia aórtica; y otros son de origen genético, como el síndrome de Marfan, una patología que afecta el tejido conectivo del cuerpo (arterias, huesos, ojos) y puede causar la ruptura de la aorta; el síndrome de Turner o el síndrome de Loeys-Dietz. Estas patologías genéticas afectan a pacientes más jóvenes y por tanto comportan un mayor compromiso de la supervivencia.
El Hospital Universitario Vall d’Hebron fue el primero de Cataluña en poner en marcha una Unidad Multidisciplinaria de Enfermedades de la Aorta con el objetivo de tratar de forma integral a estos pacientes. Esta unidad, liderada por el Dr. Artur Evangelista desde su creación hace más de 20 años, está formada por profesionales de los servicios de Cardiología, Cirugía Cardíaca, Cirugía Vascular, Radiología y Anestesiología, y se reúne de forma periódica para tratar en equipo a los pacientes. Muy pocos centros en el mundo cuentan con una unidad de este tipo. Además, la Unidad Multidisciplinaria de Enfermedades de la Aorta de Vall d’Hebron es referente en el Estado y en Europa, puesto que se encarga de casos especialmente complejos y sus profesionales han publicado más de 100 artículos científicos sobre estas patologías.
El Vall d´Hebron fue pionero en Cataluña en el tratamiento integral de las enfermedades aórticas
Cómo explica el Dr. José Rodríguez-Palomares, coordinador actual de la Unidad de Enfermedades de la Aorta, “cuando sospechamos que un paciente puede presentar una patología aórtica primero realizamos técnicas de imagen cardíaca, como ecografías, tomografía computarizadamulticorte y cardioresonancia magnética para establecer el diagnóstico”. Gracias a estas técnicas de imagen, los profesionales pueden valorar el estado de la aorta. En el supuesto de que el paciente sufra una enfermedad aórtica, los profesionales del Servicio de Cardiología hacen seguimiento del paciente. Si hay sospecha de origen genético, la Unidad de Marfan (miembro afiliado de la red europea de enfermedades vasculares raras Vascern) y liderada por la Dra. Gisela Teixidó se encarga de hacer seguimiento del paciente y de evaluar si es necesario hacer una criba de la enfermedad en otros miembros de la familia.
En lo que respecta al tratamiento, explica el Dr. José Rodríguez, “muchas veces optamos por un tratamiento farmacológico y conservador”. Pero, en muchos casos, el riesgo para la vida del paciente es tan elevado que hay que realizar cirugía. En este sentido, la cirugía puede ser de dos tipos: cirugía cardíaca (abierta) o cirugía endovascular (los especialistas utilizan catéteres e instrumentos que introducen dentro de los vasos y navegan hasta el lugar preciso). Es muy frecuente que los cirujanos cardíacos y vasculares trabajen en equipo durante la misma intervención. “El objetivo es siempre ofrecer el mejor tratamiento para cada paciente en concreto”, explica el Dr. Sergi Bellmunt, jefe del Servicio de Cirugía Vascular. De este modo, añade el Dr. Rafael Rodríguez, jefe del Servicio de Cirugía Cardíaca, “evitamos que el paciente reciba un tratamiento parcial. Cirujanos cardíacos y cirujanos vasculares trabajamos de forma conjunta y coordinada, un hecho que no es muy habitual”.
El tratamiento quirúrgico de los pacientes con enfermedades aórticas puede requerir intervenciones de un elevado grado de complejidad, “como es el caso de la cirugía vascular para la colocación de stents, indica el Dr. Sergi Bellmunt. En estos casos, uno de los principales factores de complejidad es que trabajamos con una aorta que está muy dañada”. Por otro lado, como señala el Dr. Rafael Rodríguez, “en muchos casos hay que cambiar todo el arco aórtico y sustituirlo por una prótesis”. En estos tipos de intervenciones, los cirujanos paran el corazón del paciente e inducen hipotermia manteniendo a la vez la circulación sanguínea del cerebro.
Hay que destacar, además, que los expertos de Vall d’Hebron forman profesionales en todo el Estado para el tratamiento de las patologías de la aorta.