El Hospital Sant Pau aplica a los neonatos a término, y ahora también a los prematuros, un nuevo protocolo de reanimación pionero y con beneficios para los bebés. En concreto la técnica consiste en reanimar al recién nacido con el cordón umbilical intacto o íntegro y esperar hasta que este deja de latir para cortarlo.
El primer niño prematuro sometido a este tipo de acción en el centro sanitario ha sido Sauk, que presentaba problemas severos de crecimiento dentro del útero y que nació por cesárea con 35 semanas y con un peso ligeramente superior a 1 kg, indican desde el Sant Pau.
La evidencia científica disponible concluye que aporta beneficios muy importantes para los bebés. "Facilita su transición y adaptación a la vida fuera del útero de la madre y reduce el riesgo de complicaciones posteriores", señalan en nota de prensa. También reduce el riesgo de muerte en prematuros o de discapacidad en la primera infancia.
Dra. Llurba: "Mujeres de alto y de bajo riesgo, pueden tener la cesárea o el parto natural con la máxima humanidad y con las máximas posibilidades"
La técnica aún no se realiza de manera rutinaria en los hospitales, explican, pero ya son varias las guías de práctica clínica que recomiendan el pinzamiento tardío del cordón umbilical. Los expertos recomiendan esperar entre 30 seguno y 1 minuto, idealmente hasta el final del latido del cordón. De esta forma, "nos permite atender al pequeño, reanimarle de manera inmediata, sin tener que trasladarle a ningún sitio y sin desconectarle de la circulación materna", explica el Dr. Pablo Garcia Manau, médico adjunto del Servicio de Ginecología y Obstetricia del centro.
La intervención se realiza con un dispositivo especial. “Es una cuna de reanimación adaptada, con un sistema de calefacción radiante que lo envuelve totalmente”, subraya la Dra. Elisenda Moliner, coordinadora de Neonatología del Servicio de Pediatría de Sant Pau. “Además de la plataforma donde atendemos al recién nacido, también cuenta con un sistema de calefactor situado en el colchón para evitar que el neonato, cuando nace, no pierda calor, y también tiene un respirador manual por si es necesario proporcionarle asistencia respiratoria”
Recientemente esta técnica la han incorporado también para los recién nacidos prematuros. Como desgrana la Dra. Elisa Llurba, directora del Servicio de Ginecología y Obstetricia, “la implementación del nuevo protocolo de atención al bebé prematuro se ha realizado con la idea de que, si bien atendemos partos y neonatos de muy alto riesgo, de una alta complejidad y de atención a partir de las 23 semanas, la transición entre la vida intrauterina y extrauterina sea lo más fisiológica posible. Así, mujeres de alto y de bajo riesgo, pueden tener la cesárea o el parto natural con la máxima humanidad y con las máximas posibilidades, de modo que la madre y el bebé vivan la maternidad del modo más adecuado y lo más basada posible en la evidencia científica”.