El pasado 4 de septiembre, Mónica García, ministra de Sanidad, anunció la última ampliación de plazas de Medicina en todas las universidades de Medicina de España. En concreto, el Consejo de Ministros aprobó un total de 23 millones de euros procedentes de los presupuestos generales del estado para financiar 1.500 plazas, tanto de primero como de segundo curso. La medida volvió a suscitar numerosas críticas, que llevaron al Consejo de Estudiantes de Medicina de Cataluña (CEMCAT) a elaborar un manifiesto en contra de apertura de nuevas facultades. A él se adhirió el Consejo Ejecutivo de Metges de Catalunya, principal sindicato profesional de médicos en esta comunidad autónoma, y hoy lo han presentado.
Y es que esta es, recuerdan en el ‘Manifiesto sobre la apertura de nuevas facultades’, que ya es de dominio público, una de las principales reivindicaciones de los estudiantes de Medicina: que se cumplan los numerus clausus de proyectos de apertura de nuevas facultades de Medicina en Cataluña. “Los numerus clausus, aquella palabra desconocida que no es más que la representación de las plazas máximas que pueden establecerse -o mejor dicho, que deberían establecerse- en los grados de Medicina para que estos estén en equilibrio, se han incumplido de manera sistemática en el marco de nuestro sistema universitario”, denuncian.
"Se está perdiendo una inversión de dinero público que podría utilizarse para reforzar nuestro ya existente sistema universitario, que actualmente se encuentra en decadencia"
Esto, afirman, no solo repercute negativamente en su formación, sino que también incide “directamente” en la sanidad pública de España. “La consecuencia más impactante es que se está perdiendo una inversión de dinero público que, en lugar de presupuestarse para crear nuevas plazas y facultades en situaciones precarias, podrían utilizarse para reforzar nuestro ya existente sistema universitario, que actualmente se encuentra en decadencia pese a los esfuerzos de los equipos que las dirigen”, señala el Manifiesto, en el que CEMCAT asegura que formar a un solo estudiante de Medicina tiene un coste de unos 60.000 euros.
“Si este capital se destinara a las facultades ya existentes, produciría una repercusión mucho más positiva en nuestra formación”, insisten sobre una conclusiones que, “a pesar de que parece fácil llegar a ellas”, les ha obligado a redactar este manifiesto, ya que su voz “no está siendo escuchada” por las administraciones a pesar de las muchas reivindicaciones “y acciones directas” que están llevando a cabo los alumnos: “Hemos repetido una y otra vez que se respeten los numerus clausus, que no se aumenten las plazas y que no se abran nuevas facultades. Esto no soluciona el problema actual de falta de médicos, sino que lo acentúa”.
“Si este capital se destinara a las facultades ya existentes, produciría una repercusión mucho más positiva en nuestra formación”
Para los estudiantes de Medicina de Cataluña “no hay más vuelta de hoja”, porque, recuerdan, un aumento de las plazas solo sería efectivo cuando los estudiantes se gradúen, es decir, dentro de diez u once años, que es lo que dura la carrera más la especialización MIR. “Si lo consideramos como un problema matemático, la única solución numérica a la carencia de profesionales es el aumento de las plazas MIR y la retención de los especialistas formados en nuestro país una vez acaben su período de formación, ya que es de lo que depende realmente el número de facultativos. Pero el escenario no es simplemente un problema matemático…”.
ESTA DEBE SER LA ÚLTIMA OPCIÓN
A día de hoy, el sistema catalán tanto sanitario como de universidades está saturado, y carece de profesionales, personal docente, tutores y espacios. Por eso, el dinero invertido debería ir destinado a estos ámbitos, en lugar de a la apertura de nuevas facultades y a la ampliación de plazas: “Mejorar los recursos y los espacios, aumentar el cuerpo docente acreditado, disminuir la ratio de estudiantes por tutor y, sin duda, mejorar las condiciones laborales de los profesionales con aumento de sueldos, reducción de las horas de guardias, creación de espacios de trabajo saludables y fomento de su participación en la toma de decisiones”.
“La apertura de nuevas facultades nunca debería ser la solución”
“Con esto, el resultado sería un sistema sanitario más atractivo y un sistema universitario con mayor calidad, en el que todo el mundo saldría beneficiado”, recuerda el Manifiesto. Sin embargo, lamentan, la situación está resultando ser justamente la contraria, “y las previsiones de futuro siguen en esa línea”, ya que hay previstas “en los próximos cursos” una nueva facultad de carácter público -vinculada a la Universidad Politècnica de Catalunya- y dos de carácter privado -por parte de la Universitat Ramon Lull y de la Abat Oliba-CEU en la comunidad autónoma. Para respetar esos números clausus, afirman, se deberían reducir las plazas del resto de universidades catalanas y la ratio estudiante-profesor.
“La apertura de nuevas facultades nunca debería ser la solución”, sentencia el Manifiesto del Consejo de Estudiantes de Medicina de Cataluña al que también se han adherido, junto al citado Consejo Ejecutivo de Metges de Catalunya, la Universitat de Lérida, la Universitat de Girona, la Universitat de Barcelona, la Universitat Rovira i Virgili y la Universitat Internacional de Catalunya.