La salud mental de la población se ha convertido en un importante ámbito de preocupación en los últimos tiempos. La pandemia constituyó un punto de inflexión para dejar atrás el estigma que suponía para muchas personas reconocer su malestar emocional y sirvió para concienciar a los responsables sanitarios de la necesidad de dotar al sistema de una respuesta oportuna ante estas incidencias. Buen ejemplo de ello ha sido la campaña electoral catalana, en la que todas las formaciones políticas han presentado diferentes propuestas para reforzar el abordaje de la salud mental.
En el caso del PSC de Salvador Illa, su programa electoral de cara a los comicios de este domingo recoge impulsar un Plan Integral de Salud Mental en Cataluña con un enfoque transversal entre todos los dispositivos sanitarios y sociales relacionados con la asistencia a la población, con medidas de choque en el estrato infanto-juvenil. Paralelamente, los socialistas apuntan a un abordaje conjunto a la problemática de las adicciones (juego, pantallas, drogas, etc.) desde una perspectiva social, así como una estrategia específica para la prevención de los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) y el suicidio.
ERC plantea un modelo de atención emocional plenamente comunitario, enfocado a la prevención y en la atención precoz de las personas, con especial énfasis en los catalanes más jóvenes
En la misma línea, la propuesta electoral de Junts promete un aumento de los recursos para abordar la salud mental, fijando para este cometido un 10% de los presupuestos en salud. Un esfuerzo que focalizarán de manera especial en la población infanto-juvenil. Asimismo, la formación de Puigdemont implementará programas que garanticen una respuesta integrada, global y continuada a las necesidades de las personas con trastorno mental y adicciones. Sin pasar por alto también el desarrollo del Plan de prevención del suicidio de Cataluña 2021-2025.
Desde el espectro independentista de izquierdas, ERC plantea un modelo de atención emocional plenamente comunitario, enfocado a la prevención y en la atención precoz de las personas, con especial énfasis en los catalanes más jóvenes. En este sentido, la estrategia de Pere Aragonés reforzaría la atención domiciliaria o en centros de día para no alejar a los pacientes de su entorno; incidiría en la formación de profesionales en el campo de la salud mental; ahondaría en la prevención del suicidio entre la población infanto-juvenil; o desplegaría herramientas para el abordaje frente a todo tipo de adicciones.
Ignacio Garriga (Vox) promete priorizar la inversión en este ámbito e incrementar considerablemente la contratación de psiquiatras, psicólogos clínicos y enfermeras especialistas en el campo
Por su parte, el PP se ha prodigado en demandar a nivel nacional la puesta en marcha de una nueva Estrategia en Salud Mental, centrada especialmente en la infancia y la adolescencia. Asimismo, ha planteado un Plan Nacional de Prevención contra el Suicidio y un programa de Salud Mental en las Escuelas. La formación encabezada por Alejandro Fernández no limita la salud mental a una mera cuestión sanitaria, sino que considera abordarla desde una perspectiva transversal e intersectorial, que debe interpelar a las administraciones públicas, profesionales sanitarios y a la sociedad en su conjunto.
Igualmente, la hoja de ruta de Vox se centraría también en asegurar la oportuna asistencia emocional de todos los ciudadanos, especialmente en lo que se refiere a la población más joven. No en vano, en el documento programático de los verdes se insiste en que existen 20.000 menores con problemas de salud mental son medicados en Cataluña, cifra que se ha duplicado en tan sólo 5 años. Por ello, el partido de Ignacio Garriga promete priorizar la inversión en este ámbito e incrementar considerablemente la contratación de psiquiatras, psicólogos clínicos y enfermeras especialistas en el campo.
La CUP aspira a duplicar las plazas PIR e incorporar a más psicólogos clínicos al primer nivel asistencial hasta paliar el actual déficit de especialistas, garantizando la ratio europea de 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes
La propuesta de Comuns apuesta por poner el foco en invertir más recursos para combatir las largas listas de espera y la desigualdad territorial en el acceso a las consultas con profesionales de salud mental. La formación de Jèssica Albiach se compromete a incluir psicólogos en todos los equipos de Atención Primaria, alcanzando la ratio de 18 psicólogos de cabecera por cada 100.000 habitantes; impulsar un Plan de choque en la infancia y la adolescencia, también para bordar la prevención del suicidio, las adicciones o los trastornos de la conducta alimentaria (TCA); o aumentar las plazas PIR.
De manera similar, la CUP aspira a duplicar las plazas PIR e incorporar a más psicólogos clínicos al primer nivel asistencial hasta paliar el actual déficit de especialistas, garantizando la ratio europea de 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes. Asimismo, el equipo de Laia Estrada quiere ampliar el programa de bienestar emocional para fortalecer la atención a la salud mental de la población, tanto desde un punto de vista preventivo como de tratamiento de las enfermedades. En esta línea, defienden una estrategia coordinada que pondere también los determinantes socio-económicos asociados.
La planificación y diseño del sistema público de salud en Cataluña “se ideó para 6 millones de persona y actualmente ha de cubrir las necesidades de 8 millones"
El programa electoral de Aliança Catalana –última formación que aspira a entrar en el Parlament- no incluye ninguna medida específica para el abordaje de la salud mental, pero sí menciona la necesidad de llevar a cabo un dimensionamiento de todos los recursos asistenciales, dado que la planificación y diseño del sistema público de salud en Cataluña “se ideó para 6 millones de persona y actualmente ha de cubrir las necesidades de 8 millones".
Por su parte, Ciudadanos va a tener difícil lograr algún escaño tras el 12-M, a pesar de los esfuerzos en el abordaje de la salud mental propuestos en su documento programático.