La sialoendoscopia es un tratamiento mínimamente invasivo que sirve para solventar muchos problemas que afectan a las glándulas salivares. El más importante de todos es la sialoadenitis obstructiva, que a su vez también es el más común, y que consiste en la formación de cálculos que obstruyen uno de los conductos de drenaje ocasionando dolores cólicos, inflamaciones e infecciones.
El Centro Médico Teknon, del grupo Quirónsalud, es el primer hospital privado en introducir esta técnica de la mano del doctor Miguel Quer, del equipo del doctor Jordi Coromina, quien inició esta técnica hace un año en el Hospital Sant Pau de Barcelona, con excelentes resultados. Ahora es el único profesional que la realiza en Cataluña.
Esta técnica no solo está indicada para la sialoadenitis obstructiva, sino que también sirve para detectar y tratar múltiples patologías salivares. Es el caso de la litiasis, una obstrucción de las glándulas salivares que puede acabar generando una sialoadenitis; de la estenosis de conducto o de las obstrucciones de moco, y anomalías de conducto. Esta técnica es aplicable tanto en las glándulas parótidas como en las submaxilares.
Esta técnica no solo está indicada para la sialoadenitis obstructiva, sino que también sirve para detectar y tratar múltiples patologías salivares.
“Hasta la fecha había pocas alternativas terapéuticas para estos pacientes. Muchas veces se limitaba a un tratamiento paliativo, con antibióticos o antiinflamatorios. En los casos más graves la alternativa era la extirpación de la glándula, con las complicaciones que esto suponía para los pacientes. La extracción suponía además un riesgo de lesionar el nervio marginal, con el problema estético añadido de la cicatriz en aquellos casos en los que el abordaje debía hacerse desde el exterior”, explica el doctor Quer.
“Con la sialoendoscopia todos estos problemas ya no existen, redundando además en un postoperatorio más corto y menos doloroso para los pacientes”, añade Quer. La técnica consiste en la introducción de un endoscopio semirrígido con un diámetro entre 0,9 y 1,3 mm. A través de tres canales se introduce el propio endoscopio, la irrigación de suero y los instrumentos necesarios para la operación.
Previamente se ha de llevar a cabo una dilatación del conducto mediante sondas salivares y dilatadores. Esta puede ser la parte más tediosa o complicada del proceso, sobre todo en el caso de papilas estenóticas o de difícil localización. Aunque pueda parecer en conjunto una técnica simple, requiere de un aprendizaje organizado y secuencial.
Según el doctor Quer, “una de las principales ventajas con la que cuenta esta técnica es que casi no se encuentra contraindicada en ningún caso. Únicamente en aquellos pacientes con una inflamación aguda, en los que el uso del sistema dilatador y el endoscopio aumentan la posibilidad de una posterior infección. Quitado este caso, la técnica es posible siempre”.