CSIF ha denunciado esta semana las condiciones de insalubridad del Hospital de Vall d’Hebron y el incumplimiento de la normativa en prevención de riesgos laborales. Los recortes y la falta de inversión hacen que existan desperfectos y carencias importantes en el mantenimiento de las instalaciones que ponen en riesgo la salud de los pacientes y los profesionales.
La salud y la seguridad en el trabajo es un derecho irrenunciable que debe garantizarse a toda persona trabajadora y, en particular, deben incluirse medidas más restrictivas en aquellas actividades que presenten índices superiores en cuando a riesgos laborales o cuando la actividad desarrollada es de mayor peligro por las consecuencias que podrían suponer. Este es el caso de las cocinas de los hospitales, que desarrollan una actividad sensible y con un alto grado de riesgo.
La organización sindical considera que las medidas preventivas en los cocinas tienen que ser más estrictas, y por tanto, los acciones de prevención, planificación, evaluación y coordinación tienen que ser mucho más cuidadosas y a la vez se tienen que aplicar con más rigor por la importancia que tiene la alimentación de los pacientes para la recuperación de su salud.
Las baldosas de las paredes esconden nidos de cucarachas
Las quejas de los trabajadores, en cuando al mantenimiento y la aplicación de medidas de prevención, han sido incesantes. CSIF denuncia que el mobiliario de la cocina presenta oxidaciones y un deterioro que no garantizan la salubridad en las elaboraciones de las comidas. Los desperfectos en las baldosas del suelo de las cocinas pueden crear accidentes laborales. Las alcantarillas del suelo se embozan y expulsan defecaciones provenientes de los baños -por normativa, las cocinas no pueden estar en el mismo edificio que el de los pacientes. Las baldosas de las paredes, que se caen a menudo, esconden nidos de cucarachas y los profesionales conviven con la fauna propia de las grandes urbes como pueden ser los ratones.
La falta de enseres de cocina obliga a los profesionales a utilizar el mismo utensilio para realizar diferentes elaboraciones y se almacenan diferentes tipos de alimento en el mismo refrigerador con el consecuente peligro de contaminaciones cruzadas.
Los recortes en la sanidad pública catalana también se hacen latentes en las comidas que se sirven a los pacientes cuando la alimentación es fundamental por la recuperación de la salud. Productos como el pollo se han retirado de las cenas y se repiten tortillas y sopas casi cada día y ya no se sirve café con leche en las meriendas.
Es inaceptable que el Comité de Seguridad y Salud Laboral del Hospital de Vall d’Hebron, conociendo de primera mano esta realidad y ante las quejas de los trabajadores, esté inoperativo y no se estén implementando las acciones y medidas necesarias que se regulan en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Se está poniendo en riesgo la salud de los usuarios.
CSIF denuncia que esta dejadez, por parte la gerencia, obedece a un interés privatizador del servicio de hostelería. CSIF se opone frontalmente a la privatización y defenderá la seguridad alimentaria de los usuarios y la salud laboral de los trabajadores.