Disminuye la esperanza de vida en Cataluña por el impacto de la pandemia de la COVID-19. Así lo arrojan los datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), entidad que refleja que la esperanza de vida se situó en los 82,40 años, es decir, un año y siete meses menos en relación al registro previo a raíz de la crisis sanitaria originada por el SARS-CoV-2.
El Idescat registra datos ligados a la esperanza de vida desde 1981. A partir de ese año, la tendencia no ha dejado de ser alcista hasta el 2015, tiempo en el que bajó por primera vez en la historia al pasar de los 83,35 años a los 83,20, esto es, una pérdida de casi dos meses.
Desde 1981 la tendencia no ha dejado de ser alcista hasta el 2015, fecha en el que bajó por primera vez en la historia al pasar de los 83,35 años a los 83,20, esto es, una pérdida de casi dos meses
Apenas un año después se recuperó, al ascender hasta los 83,63 años, mientras que en 2017 volvió a disminuir hasta los 83,50 años. La tendencia se volvió a invertir en 2018, incrementándose hasta los 83,58, si bien no se compensó la pérdida del año anterior. Finalmente, en 2019 se elevó hasta los 84,01 años, la cifra más alta desde que existen registros.
MAYOR INCIDENCIA EN VARONES
Si tomamos como referencia la distribución por sexos, se puede observar cómo la esperanza de vida de los hombres catalanes pasó en 2020 de 81,2 años a 79,5 años, toda vez que las mujeres el descenso fue de 86,7 en 2019 a 85 años de edad en 2020.
Las proyecciones para 2040 apuntan a que la esperanza de vida será de 84,6 años en hombres y 89,1 en mujeres
En el 2021. el Instituto de Estadística de Cataluña proyecta que será de 80,7 los hombres y 86,0 las mujeres, esto es, un leve ascenso en ambos sexos. La previsión es una recuperación en el 2022 y que continúe aumentado posteriormente, situándose en los 84,6 años en hombres y 89,1 en mujeres en el 2040.
DEFUNCIONES Y NACIMIENTOS
Con respecto a las defunciones registradas en Cataluña, la autonomía ha pasado de 64.547 en el 2019 a 79.444 en el 2020 y 70.391 en el 2021 (proyección del Idescat), por efecto de la COVID-19. En un corto espacio de tiempo, la cifra de defunciones será ligeramente más baja que la prevista en las anteriores proyecciones de población a causa de la anticipación de defunciones producida por la crisis sanitaria.
De este modo, el número de defunciones disminuirá hasta los 65.000 fallecimientos para el año 2025, toda vez que se reanudará en años sucesivos la tendencia hacia un crecimiento sostenido en el tiempo.
Con respecto a los nacimientos, han pasado de 61.548 en el 2019 a 57.889 en el 2020 (provisional) y 57.426 en el 2021 (proyectado). La disminución ha sido 2.000 nacimientos anuales, superior a la prevista por los expertos en estadística.
LA OPINIÓN DE LOS PROFESIONALES
El sindicato Metges de Catalunya subraya que cuando se produjo la primera bajada de la esperanza de vida "no había ninguna pandemia ni enfermedad que pudiera alterar este valor", de manera que solamente se puede considerar una "consecuencia de los recortes en salud". "Estos empezaron el año 2010, pero sus efectos no son inmediatos, sino que se van haciendo evidentes a medida que pasa el tiempo y que los pacientes se van quedando desatendidos por la falta de médicos", expresan.
El sindicato urge a revertir los efectos de los recortes que se arrastran desde 2010, pues solo así se conseguirá dar respuesta a las necesidades asistenciales cambiantes de la población y garantizar un sistema de salud universal, equitativo y de calidad
En este sentido, la organización sindical considera que la tardanza de los efectos en las políticas de salud hace que "los políticos no se sientan responsables directos de las consecuencias de sus decisiones, ya que no podrán ser medidas hasta pasados tres o cuatro años, una vez haya finalizado su mandato y no se les pueda reprochar nada". Así pues, los recortes, la falta de personal y los presupuestos de Salud “insuficientes” han derivado en un sistema "sanitario público precario" que es "incapaz" de soportar la elevada demanda ni ofrecer la misma calidad asistencial que hacía mejorar y prolongar la vida de los pacientes.
En consecuencia, MC insiste en la "necesidad de mejorar las políticas de salud" para contar con el personal necesario para atender a todos los pacientes, dedicar más rato a cada visita y, así, poder anticiparse a las enfermedades para tratarlas a tiempo. En esta línea, el sindicato urge a revertir los efectos de los recortes que se arrastran desde 2010, pues solo así se conseguirá dar respuesta a las necesidades asistenciales cambiantes de la población y garantizar un sistema de salud universal, equitativo y de calidad.