La vuelta de las vacaciones para los facultativos catalanes se hará aún más pesada si cabe que para el resto de los profesionales del país. La región es la única -junto a Madrid- en la cual no existen todavía visos de regresar a las jornadas de 35 horas semanales en Sanidad. Una importante reivindicación que ha ido obteniendo respuesta en el resto de las CC.AA. españolas, donde los recientes episodios de huelgas médicas han servido para presionar a las consejerías en esta dirección. La jornada reducida no es una realidad nueva. Estos profesionales disponían de ella hasta hace unos años, pero la reciente crisis sanitaria por la Covid-19 y los recortes obligaron a prolongarla hasta las 37,5 horas en el SNS.
Los diferentes acuerdos en mesa sectorial o protestas sanitarias llevaron a finales de 2022 y comienzos del 2023 a que Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Navarra, Euskadi, Cantabria, Asturias, La Rioja, Canarias y Baleareslograran implantar las 35 horas.Tras ello, llegó el compromiso de la Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla y León -este mismo mes de junio-. Algo a lo que finalmente accedieron también en Galicia y Murcia. Si bien no es algo plenamente efectivo todavía, existen plazos marcados y compromisos adquiridos con sus Consejerías de Sanidad para su paulatina aplicación.
El sindicato catalán calcula que un 50% de los efectivos en plantilla de la región padecen saturación y burnout asociado a su trabajo
Una certeza que todavía no ha llegado a la sanidad pública catalana, a pesar de los recientes acuerdos del colectivo médico y el departamento de Manel Balcells. El vicesecretario general de Metges de Cataluña, David Arribas, traslada a ConSalud.es que se trata de una de las reclamaciones que “ponen sobre la mesa de negociación” durante sus reuniones con la Consejería de Salud, al tratarse de jornadas de trabajo, las que desarrollan actualmente, que “llevan al límite su capacidad mental”. No en vano, el sindicato catalán calcula que un 50% de los efectivos en plantilla de la región padecen saturación y burnout asociado a su trabajo.
Una sobrecarga diaria que ha llevado a muchos efectivos a plantear su marcha a la sanidad privada o fuera de nuestras fronteras en busca de mejores condiciones laborales y de poder disfrutar de mayor conciliación. Detrás de la demanda de acomodar la jornada a las 35 horas por semana, el colectivo médico defiende que se trataría de una mejora “tanto para los profesionales como para los propios pacientes”. La sobrecarga que se produce en muchos centros de atención conlleva que las condiciones en las que se encuentra el médico para atender no sean las más propicias. “La población exige cada vez una mayor exigencia asistencial y existe un límite en el esfuerzo que podemos ejercer”, admite el facultativo.
Un trabajador descansado -especialmente un sanitario- podría ofrecer una mejor asistencia y garantizar la seguridad del ciudadano al que atiende. Además, permitiría agilizar la atención a los pacientes. “Que un médico no se encuentre fatigado condiciona una mayor posibilidad para poder cerrar la diagnosis y que ésta no se demore por dudas. De la misma manera, existen diagnósticos diferenciales que un profesional exhausto no tienen capacidad de resolver y que obligan a que se requiera una cantidad de pruebas complementarias más amplia”, explica el especialista en Medicina de Familia.
“Existe un déficit de profesionales histórico, que no se va a corregir en los próximos 10 años y que nos obliga a tener que abordar las demoras asistenciales"
A la actual jornada de trabajo de los médicos catalanes hay que sumar el hecho de que han de enfrentarse a las guardias. Periodos de trabajo añadido que aumentan su sobrecarga. Una importante labor que, “si bien debería ser voluntaria”, en el marco de su compromiso por “reducir las acuciantes listas de espera” desarrollan a lo largo de todo el año. El vicesecretario general de Metges remarca que “existe un déficit de profesionales histórico, que no se va a corregir en los próximos 10 años y que nos obliga a tener que abordar las demoras asistenciales”.
Por tanto, la reivindicación del colectivo de facultativos va más allá de la implantación de la jornada de 35 horas en la sanidad pública de Cataluña. Pasa también por el hecho de que este periodo de trabajo recoja todas las labores que van implícitas en sus cometidos y que han de tener su espacio, no sólo la mera agenda de consultas o las intervenciones a pacientes. “Los mismos médicos que te atienden son los que deben disponer de tiempo para la investigación, para formarse o para poder formar a otros compañeros. A veces pensamos que el médico sólo se dedica a atender pacientes y se olvida lo demás. Hay que dejar espacio para todas estas funciones dentro de esas 35 horas semanales”, reconoce.
“Lo único que termina preocupándoles es cuánto dinero dispongo y cuánto me quiero gastar. Los gestores de recursos humanos son economistas”
En esta línea, el facultativo catalán considera que si se quiere volver a hacer la “medicina pionera reconocida a nivel mundial” conviene dar espacio para que los profesionales puedan “explorar todos estos campos”, complementarios a la atención directa al paciente. De la misma manera, a la anhelada jornada reducida también habría que limitarle la pérdida de tiempo en labores administrativas. “Existe una importante carga de burocraciaque recae en nosotros, que puede suponer entre el 20% y 40% de nuestra asistencia. Establecer filtros a esto es una histórica demandada del colectivo”.
En definitiva, desde Metges esperan que Cataluña pueda entrar a formar parte de las CC.AA. donde el retorno a la jornada de 35 horas semanales se ha convertido en una realidad. Para ello instan a los responsables sanitarios a pensar en la calidad asistencial y el buen desempeño de la profesión médica, y no tanto en los números. “Lo único que termina preocupándoles es cuánto dinero dispongo y cuánto me quiero gastar. Los gestores de recursos humanos son economistas”, concluye el Dr. Arribas.