Castilla y León ha sido uno de los feudos del PP en donde su gestión de la sanidad habría podido influir en el voto de los electores en los comicios celebrados el pasado domingo. La política sanitaria implantada por el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y su consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, lleva meses atrás provocando la movilización de los profesionales sanitarios de diversos ámbitos: médicos de Atención Primaria, personal interino, médicos y enfermeros de Área...
La división de la derecha ha pasado factura el PP, ante el auge de Ciudadanos y Vox, en estas elecciones generales. En Castilla y León se hizo notar especialmente, el PSOE ha vuelto a ganar unas elecciones en esta comunidad autónomas 32 años después de su última victoria que tuvo lugar en las municipales de 1987.
El PP buscará que la salida de Sáez Aguado de la consejería de Sanidad sea lo más silenciosa posible ante su polémica gestión de la sanidad
El PSOE ganó tres diputados más con respecto a 2016 consiguiendo un total de doce mientras que los populares pierden ocho respecto a estos comicios y logrando solo diez. Ciudadanos irrumpe con fuerza en la comunidad autónoma y logra ocho escaños. Vox también logra representación con un diputado por Valladolid.
El Partido Popular mantiene su dominio en Ávila y Salamanca, aunque la pérdida de votos (un total de 248.641) ejerce como presión para el Ejecutivo de Herrera que probablemente intentará que la salida de Sáez Aguado (ante su no renovación) sea lo más silenciosa posible, ya que la sanidad, si cabe, ha sido de las cuestiones que más han puesto en el disparadero al Gobierno de Juan Vicente Herrera. La marcha del consejero de Sanidad y la renovación en las listas del PP de cara a las autonómicas podrían ayudar a que Herrera repita como presidente de la Junta.