Una sentencia ha condenado a la Sanidad de Castilla y León (Sacyl) por las graves secuelas ocasionadas a una paciente tras el parto, entre las que destacan la pérdida del útero, el arrancamiento del uréter y la necesidad de un trasplante de riñón.
Tal y como informan los servicios jurídicos de la asociación El Defensor del Paciente, la sentencia acoge favorablemente todos los argumentos de la demanda, por lo que la aseguradora del servicio de salud de Castilla y León tendrá que indemnizar a la paciente con una cuantía que asciende a los 293.354 euros.
Tras el expulsivo, la ginecóloga procede a extraer de forma manual la placenta, sin que existan datos que justifiquen tal actuación, la cual sale "muy fragmentada"
Los hechos se remontan al año 2015, cuando la mujer, de 34 años de edad, ingresaba en el Hospital de Palencia para dar a luz a su hija. Tras el expulsivo, la ginecóloga procede a extraer de forma manual la placenta, sin que existan datos que justifiquen tal actuación, la cual sale "muy fragmentada", sin realizar ninguna comprobación posterior, para verificar que no hubiera quedado ningún resto en el útero.
La ginecóloga pauta ecografía de control previa al alta, la cual informa de que no existen restos placentarios, siendo entonces dada de alta la paciente, a pesar de que en los días de ingreso había expulsado abundantes coágulos de sangre, toda vez que presentaba anemia.
Esta ecografía fue "erróneamente interpretada", pues como después se comprobaría, existían múltiples restos placentarios que precisaron de legrado uterino
Esta ecografía fue "erróneamente interpretada", pues como después se comprobaría, existían múltiples restos placentarios que precisaron de legrado uterino. Tras acudir la paciente al Servicio de Urgencias del hospital el día 15 de abril de 2015, después de haber expulsado varios coágulos en su domicilio, se confirma la presencia de restos placentarios.
Pero la paciente es dada de alta, dejando diferida la realización de legrado 48 horas, sin ser sometida en ese momento al preceptivo legrado sin dilación. La presencia de restos intraútero suponen un riesgo de infecciones por el material retenido y hemorragias importantes.