El pasado 5 de junio el Área de Salud de Segovia incorporaba a su plantilla 33 trabajadores, entre ellos, seis correspondían a MIR que concluían su formación. En concreto, dos residentes que habían terminado la especialidad de Medicina Interna, uno de Neumología, otro de Cardiología, otro de Dermatología y uno más de Endocrinología y Nutrición.
Sin embargo, en términos generales Castilla y León tiene problemas para retener a sus residentes tras acabar el MIR. Según informa el periódico El Norte de Castilla, dos de cada cuatro médicos abandonan la comunidad cuando acaban la especialidad, siendo un total de 160.000 profesionales lo que el sistema pierde cada año.
Estas pérdidas de capital humano no solo conllevan al déficit de médicos sino también a un elevado coste económico: formar a un residente supone un gasto estimado de 160.000 euros. En total, la comunidad dispone de un presupuesto total de 64 millones de euros para la formación sanitaria especializada.
Anestesiología, Urología, Radiodiagnóstico, Familia y Pediatría en Atención Primaria son las que más médicos necesitan.
“La capacidad de tenerte a residente depende de infinidad de variables. El sistema MIR es nacional, y muchos de los residentes llegan de otras autonomías, por lo que, de partida, es complicado que se queden, cuando terminan se va a su tierra”, declaraba en el citado medio Antonio María Sáez Aguado, consejero de Sanidad de Castilla y León.
Además, Sáez Aguado ha reconocido el reto que suponen las plazas de difícil cobertura o poca rotación en Medicina de Familia porque resultan poco atractivas para los médicos jóvenes: “Es un factor que juega en contra en Castilla y León, y es el precio que hay que pagar por contar con una Atención Primaria muy pegada al territorio”.
Otras especialidades en le región que sufren la falta de especialistas son Anestesiología y Reanimación, Urología, Radiodiagnóstico y Pediatría en Atención Primaria. No obstante, el relevo generacional entre pediatras que ejercen en centros de salud es una problemática que afecta a otras comunidades, tal y como pone de manifiesto la última encuesta de la Asociación Española de Pediatría (AEP).