La Gerencia Regional de Salud de Castilla y León ha hecho público el balance provisiones del cierre del 2019 en términos de listas de espera quirúrgicas, de consultas externas y de pruebas diagnósticas en los servicios asistenciales de Sacyl.
De acuerdo a estos datos a fecha 31 de diciembre de 2019, 35.314 pacientes se encontraban en lista de espera para someterse a una intervención quirúrgica, es decir, 4.560 pacientes por encima que en la misma fecha del 2018.
De esta cifra, 29.263 forman parte de la espera estructural (22.542 en 2018) lo que supone un incremento en este apartado del 73% registrado en 2018 al 83% en 2019. Desde la Gerencia Regional de Salud indican que este mayor porcentaje supone que hay un mayor número de personas que se encuentran en disposición de ser intervenidos ya que la espera estructural depende de la propia organización y de los recursos disponibles.
Entre los criterios que se contemplan para la programación quirúrgica, además de la antigüedad, se valoran otros factores como son la prioridad clínica de la indicación de la intervención o la disponibilidad de los profesionales quirúrgicos. La valoración de ambos criterios es fundamental para poder garantizar el mayor rendimiento.
De acuerdo a lo expuesto, la prioridad se establece prestando atención a procedimientos de carácter urgente y de mayor complejidad asistencial que se operan en menos de 30 días. Especialmente las oncológicas y cardiovasculares.
El 2019 se ha despedido con 2.780 pacientes en situación de transitoriamente no programables (5.581 en 2018). Se ha producido en este sentido un importante descenso como consecuencia del esfuerzo efectuado por la Gerencia Regional de Salud para incorporar a la lista de espera estructural al mayor número posible de usuarios con el objetivo de garantizar sus derechos asistenciales.
La cifra total de pacientes en lista de espera quirúrgica se completa con los 3.271 usuarios que se encuentran a la espera tras haber rechazado un centro alternativo. La cifra en 2018 se situaba en los 2.649.
Las especialidades que acumulan un mayor número de demanda son traumatología (11.629 usuarios), cirugía general y digestivo (6.957) y oftalmología mientras que las cirugías torácica (87), cardiaca (120) y maxilofacial (292) presentan los registros menos numerosos.
Los complejos asistenciales de Salamanca (6.496 pacientes), de León (6.097) y de Burgos (5.577) presentan una mayor lista de espera quirúrgica y los burgaleses de Aranda de Duero (565), Miranda de Ebro (784) y de Soria (834), menor.
La demora media de los pacientes en lista de espera estructural en el pasado 31 de diciembre se situaba en 94 días
Por último, la demora media de los pacientes en lista de espera estructural en el pasado 31 de diciembre se situaba en 94 días (65 con la evaluación de 2018).
Si hablamos de consultas externas, al cierre de 2019 había 177.082 usuarios en espera. De estos, el porcentaje de pacientes en situación de espera estructural (persona que, en un momento dado, se encuentran pendientes de ser vistos en consultas de Atención Especializada, cuya espera es atribuible a la organización o a los recursos disponibles) era del 68% en el conjunto de la Comunidad y la demora media en este ámbito se situaba en 66 días.
Castilla y León cuenta con 45.745 personas pendientes de pruebas diagnósticas (7.523 TAC, 8.237 resonancias magnéticas, 26.643 ecografías y 3.342 mamografias), que se reparten entre espera estructural, aplazamientos voluntarios y aplazamientos clínicos.
En total las pruebas diagnósticas ya citadas pero aún no realizadas y en lista de espera estructural suma 17.365 procedimientos (2.830 TAC, 5.030 resonancias magnéticas, 8.698 ecografías y 807 mamografías)
También otros 15.372 pacientes están pendientes de asignación de cita para una primera técnica diagnóstica (2.266 TAC, 7.264 resonancias magnéticas, 5.188 ecografías y 654 mamografias).
Los datos anuales sobre consultas externas y pruebas diagnósticas se incorporan por primera vez en la información asistencial divulgada por Sacyl, en un esfuerzo por cumplir con su compromiso con la transparencia informativa con el fin de poder ofrecer, desde el punto de vista de la Administración, una herramienta adecuada de gestión asistencial.