El Observatorio de Castilla y León ha registrado un aumento del 53% de las agresiones al personal de Enfermería desde 2020. Un 65,7% de ellas se dieron en Atención Primaria, mientras que el 23,5% de ellas tuvieron lugar en hospitales.
Hasta septiembre de 2022 se han registrado en Castilla y León un total de 535 incidentes, en los que han sido agredidos 614 sanitarios, un 34,4% más que en 2020. Desgranando por provincias, el mayor número de agresiones se han producido en Valladolid-Este, y sin embargo el número es bastante inferior en El Bierzo, Palencia y Soria.
La mayoría de estas agresiones se han producido contra mujeres (85,5%), y el colectivo que cuenta con más agresiones es precisamente el de enfermeros y enfermeras: con un total de 251.
Estas agresiones, que se han producido en mayor medida en los meses de verano (aunque mantienen la tendencia durante el resto del año) suelen ser en su mayoría agresiones verbales, aunque destaca sobremanera el hecho de que las agresiones físicas se han incrementado más de un 95% respecto al mismo período del año anterior.
El mayor número de agresiones fue en verano, contra mujeres y por, según los agresores, disconformidad con la atención recibida
Aunque nada justifica esta violencia contra los profesionales de la salud, los agresores aducen disconformidad con la atención recibida y con sus propias demandas como causas principales de los altercados producidos.
Desde este Consejo y desde los distintos Colegios Profesionales de Enfermería de Castilla y León condenan estas actuaciones violentas contra los profesionales "que dan siempre lo mejor de sí para la mejor atención posible a los pacientes". A la vez, han querido mostrar su sorpresa y preocupación por esa tendencia al alza en los últimos años, especialmente tras la pandemia, donde nuestros enfermeros y enfermeras están percibiendo este clima de crispación y violencia injusto.
En este sentido, recuerdan a los profesionales de la salud que, ante situaciones que sean propiciatorias de una posible agresión, es necesario intentar evitar el confrontamiento y mantener la calma en todo momento para evitar que la situación se descontrole, requiriendo si es preciso la presencia de seguridad u otros compañeros de trabajo. Y en el caso de haberse producido la agresión, es necesario pedir el parte de lesiones correspondiente, así como comunicarlo al superior jerárquico y/o poner la pertinente denuncia si procede. En todo caso, también inciden en la necesidad comunicarlo a su Colegio provincial de Enfermería, quien pondrá a su servicio las herramientas necesarias para paliar esta desagradable situación.