El Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), ha llevado a cabo la primera donación de órganos en asistolia controlada.
A diferencia de la donación tras muerte encefálica (en la que el donante fallece por cese completo de la actividad cerebral), en la donación en asistolia controlada el fallecimiento se produce por parada cardiorrespiratoria irreversible y cese total del latido cardiaco y respiración espontánea.
Impulsar la donación en asistolia controlada en los hospitales del Sescam es una de las estrategias por las que está apostando la Coordinación Regional de Trasplantes con el fin de aumentar el número de donantes potenciales.
En la donación en asistolia controlada, el fallecimiento se produce por parada cardiorrespiratoria irreversible
Para ello, se ha dado a conocer un protocolo entre los profesionales implicados en el proceso de donación en los distintos hospitales y se ha ofrecido apoyo logístico e institucional, dotando medios humanos y materiales para poder llevar a cabo la donación en asistolia contralada que, si bien en Guadalajara se ha materializado días atrás, ya existía experiencia en este tipo de donación en el Hospital de Albacete y en el Virgen de la Salud de Toledo.
Dados los avances médicos, el menor número de víctimas de accidentes de tráfico y su mayor supervivencia gracias las mejoras terapéuticas, el número de donantes por muerte encefálica se había reducido en los últimos tiempos. La introducción de la donación en asistolia controlada, desarrollando protocolos para la obtención de órganos de donantes a corazón parado y obteniendo resultados similares a los obtenidos en los casos de donantes fallecidos por muerte cerebral, ha permitido aumentar el número de donaciones dentro y fuera de España.
“Gracias a los nuevos protocolos y las mejoras en los métodos de perfusión, preservación y conservación de los órganos, pacientes que hasta ahora no podían ser donantes ahora sí pueden serlo, y eso nos permite aumentar el número de potenciales donantes”, subraya el enfermero coordinador de trasplantes del Hospital de Guadalajara, Pablo Rojo.
CARACTERÍSTICAS DE ESTA DONACIÓN
Aunque en el caso de la donación tras una muerte encefálica la edad del donante puede ser mucho mayor, en la donación en asistolia la edad máxima se está ampliando cada vez más, y el límite ha pasado de 65 años a estar en torno a los 70-75 años. Además, en este proceso se deben dar unas características muy concretas.
Como explica Elena Yáñez, médico intensivista y coordinadora de trasplantes del Hospital de Guadalajara, en el caso de la donación en asistolia controlada, ante el mal pronóstico del paciente y su falta de respuesta al tratamiento, el equipo médico decide junto con la familia la limitación o retirada del tratamiento y el soporte vital.
En ese momento, los coordinadores de trasplantes informan a la familia de que ante la posibilidad de fallecimiento tras dicha retirada, existe la opción de donar los órganos del paciente, y es en ese contexto de fallecimiento controladoy monitorizado en el que se puede iniciar un proceso de preservación de órganos. Una vez fallece la persona, hay un equipo médico preparado para iniciar inmediatamente el proceso de donación.
Castilla-La Mancha registraba el pasado año el máximo histórico en número de donantes de órganos y tejidos, con 85 donantes
En el caso de la primera donación en asistolia controlada realizada en Guadalajara, se ha empleado un equipo denominado ECMO, una máquina para la oxigenación extracorpórea que permite llevar a cabo la función de los pulmonesy el corazón y así oxigenar y preservar los órganos durante cierto tiempo una vez que el paciente ha fallecido.
Elena Yáñez ha hecho una valoración “muy positiva” de esta donación que va a permitir a varias personas salvar su vida o mejorar notablemente la calidad de la misma. Ha destacado la colaboración y perfecta coordinación con los profesionales de los distintos servicios implicados, tanto del Hospital de Guadalajara como los llegados desde otro centro para esta donación.
Pero sobre todo, los coordinadores de trasplantes han puesto el acento en la familia de la persona donante, “quien manifestó en vida su deseo de donar, y sus familiares ha facilitado el proceso en todo momento y además nos han expresado su agradecimiento por dar a su familiar la posibilidad de donar sus órganos”, que es, insisten, “un derecho de la persona al llegar el final de la vida”.
Cabe destacar que Castilla-La Mancha registraba el pasado año el máximo histórico en número de donantes de órganos y tejidos, con 85 donantes que suponen un incremento del 44% respecto a 2018. Además, se han registrado 1.310 nuevos donantes de médula ósea y 15 de tejido ocular, situando la tasa interanual de donación en 42 donantes por millón de habitantes, casi 13 puntos más que en 2018 gracias a la creciente generosidad de las familias, el trabajo de los profesionales sanitarios y el esfuerzo en materia de concienciación.