La Gerencia de Atención Integrada de Albacete, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), ha iniciado recientemente un proyecto de teleoftalmología centrado principalmente en la detección de la retinopatía diabética a través de la realización de retinografías por parte de los profesionales de Atención Primaria y su posterior lectura por oftalmólogos del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete.
Una de las complicaciones más frecuentes de la diabetes mellitus, a nivel oftalmológico, es la retinopatía diabética, que afecta al 20-40 por ciento de los diabéticos y que puede dar lugar al desarrollo de edema macular diabético, aumentando su incidencia con la duración de la enfermedad, por lo que se recomienda una revisión cada dos años.
Hoy en día, con el actual desarrollo de los programas de telediagnóstico, la retinopatía diabética constituye una patología idónea para el establecimiento de programas de cribado mediante telemedicina. Estos programas aportan soluciones que mejoran la calidad de vida de los pacientes, disminuyendo la carga asistencial y proporcionando visitas más ágiles y menos molestas.
El objetivo es que este programa de cribado constituya parte del protocolo habitual de seguimiento del paciente diabético
El proyecto se está desarrollando de forma coordinada entre los Centros de Salud 5 A y 5 B de Albacete capital y el Servicio de Oftalmología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. Se han incluido en el programa a todos los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 que no presentan sintomatología oftalmológica que haga necesaria su derivación por otra vía y que no se encuentran ya en seguimiento por el Servicio de Oftalmología por retinopatía diabética ya detectada o por otros problemas oftalmológicos crónicos. El objetivo es que este programa de cribado constituya parte del protocolo habitual de seguimiento del paciente diabético.
El proyecto se basa en un programa colaborativo que comienza en la consulta del médico de atención primaria, que indica la prueba a aquellos pacientes que la necesitan. Continúa con el equipo de enfermería, que realiza la exploración de la agudeza visual, la retinografía y la incorporación de las imágenes obtenidas a la historia clínica, y concluye concluye con la lectura de la retinografía por parte de los oftalmólogos del centro y la elaboración de un informe de respuesta, con la información pertinente de la existencia o no de afectación retiniana y el plazo aconsejable para la siguiente revisión.
En el caso de que el paciente presente afectación retiniana que exigiera una revisión en profundidad, es derivado directamente a la consulta del especialista al mismo tiempo que se informa de este hecho al médico de familia. En una fase posterior, el objetivo es que la lectura inicial de la retinografía la pueda realizar el médico de atención primaria con formación específica y entrenamiento para ello, contando siempre con un oftalmólogo de referencia en el circuito para casos dudosos o más complejos.