Las CC.AA. se mantienen expectantes ante la crisis que ha despertado la renovación del concierto de Muface para los próximos tres años, para el que las aseguradoras -DKV, Adeslas y Asisa- decidieron no presentarse ante las condiciones marcadas desde la Administración. De esta manera, el futuro de la asistencia sanitaria para un millón y medio de mutualistas permanece en el limbo, a la espera de conocerse las condiciones de la nueva licitación que pretende plantear el Ministerio de Función Pública y con el horizonte de que tengan que ser derivados a la sanidad pública, un extremo que el Ministerio de Sanidad no vería inviable.
Ante el escenario de que el 1 de enero todo el colectivo funcionarial tenga que ser absorvido por los servicios de salud autonómicos, algunas consejerias se han puesto ya en alerta. Así, desde el departamento de Sanidad de Castilla-La Mancha han trasladado a ConSalud.es que se encuentran "a la espera de si el Ministerio abre una nueva negociación" con las compañías aseguradoras privadas para alcanzar finalmente un acuerdo.
La consejería de Jesús Fernández Sanz prefiere mantener la prudencia ante la posibilidad de que se pueda alcanzar un acuerdo para mantener la continuidad de las prestaciones de Muface
En esta línea, la consejería de Jesús Fernández Sanz prefiere mantener la prudencia ante la posibilidad de que se pueda alcanzar un acuerdo para mantener la continuidad de las prestaciones de Muface, aunque, de no ser así, esperarían a conocer "los trámites y la financiación" que percibirían los Gobiernos autonómicos para abordar esta asistencia sanitaria antes de valorar la situación y pronunciarse al respecto.
Lo que sí dejan claro a nuestro medio desde el departamento de Sanidad castellanomanchego es que "en ningún caso se dejará de atender a ningún paciente", pero será importante "el cómo" de esta situación sobrevenida. No en vano, los servicios de salus autonómicos ya viven en este momento, en mayor o menor medida, presos de la sobrecarga asistencial y las largas listas de espera. Algo a lo que vendrían a sumarse este más de un millón de mutualistas que hasta la fecha disponían de la sanidad privada para dar respuesta a sus necesidades asistenciales.