La coordinadora de la Estrategia de Cáncer de la Dirección General de Salud Pública y Participación de Baleares, Carmen Sánchez-Contador, ha asegurado que la pandemia ha ocasionado una distorsión del sistema sanitario y, por supuesto, también de los programas de cribado de los cánceres de mama, colon y cérvix. Así lo expresó en el marco de la Escuela de Salud Pública de Menorca.
Los primeros meses de la pandemias, y el caos sanitario que conllevó, supuso una paralización de diferentes programas sanitarios como el de los cribados de cáncer. Durante esta semana los coordinadores de estos programas de las distitnas comundiades autónomas han debatido sobre las dificultades que han surgido a la hora de volver a reiniciar cada uno de los cribados que, por el momento, no están funcionando con total normalidad.
Durante este tiempo, según Sánchez-Contador, la pandemia no ha afectado de la misma forma a todos los programas de cribado y, en concreto, el destinado a detectar el cáncer de colon, ha sido el más afectado debido, por un lado, a la necesidad de utilizar equipos y profesionales sanitarios que, en muchas casos, han estado vinculados a la atención de la pandemia y, por otro, a un déficit de especialistas que ya existía anteriormente.
Los encargados de los programas de cribado de cada comunidad han analizado durante el encuentro diferentes estudios y modelos matemáticos para determinar las posibles estrategias para seguir funcionando con la mayor normalidad posible
Por su parte, el cribado de cáncer de mama se ha podido retomar más rápidamente. De hecho, como ha apuntado Sánchez-Contador durante el encuentro, la gran mayoría de comunidades autónomas reiniciaron los servicios en junio o julio de 2020. En cuanto al cribado de cáncer de cérvix este se encuentran en este momento en la fase de diseño de la transición de cribados oportunistas a cribados poblacionales, algo que también ha retrasado la pandemia.
Sánchez-Contador ha explicado que el funcionamiento del sistema sanitario está todavía condicionado a diferentes variables y, por tanto, que los resultados de los programas de cribado no se han visto afectados tan solo por el periodo de inactividad durante la primera ola, sino también por el miedo al contagio de la población al participar en este tipo de programas, la falta de recursos y las diferentes olas que se han presentando a lo largo de los meses.
A partir de todas estas variables, los encargados de los programas de cribado de cada comunidad han analizado durante el encuentro diferentes estudios y modelos matemáticos para determinar las posibles estrategias para seguir funcionando con la mayor normalidad posible. Además, teniendo en cuenta los recursos disponibles, han valorado también la idoneidad de recuperar la actividad al mismo ritmo o acelerar el proceso de invitación a colaborar en los programas, siempre intentando disminuir la incidencia y mortalidad por cáncer.
“Es complicado porque el esfuerzo del sistema sanitario se ha centrado, como es lógico, en atender la pandemia y en dirigir el esfuerzo de muchos los profesionales, tanto a evitar la infección como a tratar a personas afectadas, lo que nos ha restado recursos humanos y ha supuesto una importante redistribución de los servicios técnicos”, ha subrayado la coordinadora de los programas en Baleares.