Las enfermeras que trabajan en los centros de salud de Cantabria tienen una población asignada de 1.645 personas de media, lo que supone una "excesiva sobrecarga de trabajo" que afecta negativamente en la atención y cuidados que reciben los ciudadanos y pacientes. Esta situación es todavía "más grave" debido al envejecimiento de la población que necesita "muchos más cuidados y una atención más continuada".
Para el Sindicato de Enfermería (Satse) en la autonomía, la situación óptima sería la incorporación de 100 enfermeras en Atención Primaria para, al menos, cubrir las necesidades de la población: "El Servicio Cántabro de Salud pretende ampliar la cartera de servicio atendiendo mediante la gestión de la demanda indemorable las urgencias del centro de salud con una enfermera por centro y mantener la jornada hasta las 5 de la tarde con 35 horas sin, en ningún caso, aumentar plantilla", declara María José Ruíz, secretaria autonómica de Satse.
"La Atención Primaria no la sostienen únicamente los médicos"
La actual carga de trabajo incide fundamentalmente en no disponer de todo el tiempo que desearían para realizar sus funciones, ya sea en la consulta del centro de salud o en las atenciones que se realizan en el domicilio del paciente, lo que repercute "negativamente" en la atención recibida por el ciudadano.
En este sentido, la organización sindical recalca que apostar por un mayor liderazgo de la Enfermería en el ámbito de la Atención Primaria conlleva también "un uso más eficaz y eficiente de los recursos sanitarios disponibles, con el consiguiente ahorro en el gasto y, por ende, una mejora del funcionamiento del sistema sanitario en su conjunto". "Queremos recordar al Servicio Cántabro de Salud que, en la Atención Primaria, la enfermera también existe y que el verano pasado no sustituyeron al 100% ni las bajas ni las vacaciones de las enfermeras, aun habiendo gente en el paro. Esperamos que no ocurra lo mismo este verano", afirma Ruíz quien, además, añade: "la Atención Primaria no la sostienen únicamente los médicos".
Otras de las consecuencias negativas del déficit de enfermeras en la plantillas de los centros de salud es que resulta "prácticamente imposible" realizar actividades y actuaciones de prevención y promoción de la salud que propicien un mayor conocimiento y autocuidado de la población infantil, juvenil y adulta.