La guerra abierta entre la oposición y la Consejería de Sanidad cántabra tras el escándalo de las supuestas irregularidades en el Servicio Cántabro de Salud continúa.
La presidenta del PP en Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, anunciaba el pasado viernes que pedirá al parlamento la reprobación de la consejera de Sanidad “por su conducta impresentable ante las irregularidades detectadas en la contratación del Servicio Cántabro de Salud”.
En palabras de Buruaga, el PP lleva semanas pidiendo a Revilla que acabe con “la hipocresía, con las medias tintas y con las dobles varas de medir”, y advirtiéndole de que se está equivocando gravemente, “porque su inacción solo contribuye a agravar las sospechas sobre la gestión de su Gobierno”.
La consejera de Sanidad ha insistido en que su departamento “no es competente” en la contratación del SCS, que actúa como un “organismo autónomo”
Ante estos hechos, Real ha insistido este lunes en que no ve ningún motivo para dimitir, ni si quiera aunque prosperara la reprobación que pedirá el próximo 18 de junio el PP en la Parlamento de Cantabria. A su vez, la titular de Sanidad ha manifestado que la decisión de su cese corresponde al presidente Miguel Ángel Revilla.
La consejera de Sanidad cántabra ha intentado dar carpetazo en varias ocasiones a este asunto. Una de ellas, el pasado 6 de junio, durante su intervención en el Parlamento. Real explicó que su departamento “no es competente” en la contratación del SCS, que actúa como un “organismo autónomo”. Asimismo, indicó que “fraccionar contratos no siempre es constitutivo de delitos”.