El Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV) incorpora un nuevo equipamiento con el que se pretende ayudar a las familias que pierden a su bebé durante la gestación o al poco de nacer. Se trata de una 'cuna fría', también conocida como 'cuna de abrazos' porque regala tiempo a las personas que viven este duro trance, de manera que puedan elaborar su duelo y despedirse de su hijo o hija en las mejores condiciones posibles. De esta forma, el Valdecilla se ha convirtido en el primer hospital de la red pública que ha invertido en un equipamiento de estas características.
"Para las personas que se encuentran transitando un momento tan doloroso es muy importante disponer de algo de tiempo para asimilar todo lo que les está sucediendo y poder despedirse del cuerpo de su bebé en buenas condiciones. Nos parecía que apostar por adquirir este equipamiento era apostar por la dignidad y la humanización del duelo perinatal", según explica la directora gerente del Hospital Valdecilla, María Dolores Acón.
"Ya está demostrado que las madres que pudieron estar con su bebé fallecido durante el tiempo que desearon, experimentaron menos ansiedad hasta tres o cuatro años después de su pérdida", ha señalado María Dolores.
Hacen posible pasar más tiempo juntos antes de despedirse y evitan una separación que para muchas personas resulta demasiado rápida, en esa situación de shock por la pérdida
Gracias a su sistema de enfriamiento las cunas de abrazos disminuyen los signos de deterioro físico. Así, hacen posible pasar más tiempo juntos antes de despedirse y evitan una separación que para muchas personas resulta demasiado rápida, en esa situación de shock por la pérdida .También facilita una mejor recuperación de las personas afectadas, porque evita que la vivencia de la pérdida empeore por separarse de forma repentina o haberlo hecho en un momento en el que aún no se ha asimilado lo que está sucediendo.
Por su parte, la matrona supervisora del Área de Partos de Valdecilla, Fátima Vacas, ha indicado que ante situaciones así, las matronas del Hospital intentan facilitar el encuentro entre padres y bebé fallecido "hablando de él por su nombre, si ya lo tiene, tratándolo con la misma sensibilidad y respeto que se daría a un bebé vivo y trasladando a los padres, tanto verbalmente como con gestos y actitudes, que pueden abrazar, bañar o vestir al bebé si lo desean, así como presentarlo a otros miembros de la familia".
El hecho de disponer de este equipamiento también repercute positivamente en los profesionales y su experiencia de trabajo, ya que, tal y como ha apuntado Acón, "los estudios que se conocen hasta el momento reflejan valoraciones muy positivas por parte de los profesionales, que experimentan una mayor satisfacción al sentir que realizan su trabajo con más calidad, por el hecho de poder brindar la posibilidad a los padres de ejercer el amor hacia sus hijos en mitad de un momento de tanto dolor".