El Servicio Canario de la Salud, a través de la Gerencia de Atención Primaria de Gran Canaria, promueve la prevención de las Úlceras por Presión con la organización de una jornada destinada a los profesionales de los centros de salud y a los pacientes, con el objetivo de compartir experiencias y cuidados en torno a esta complicación, así como visibilizar las implicaciones que las Úlceras por Presión tienen en la salud y la calidad de vida de los pacientes, además de propiciar la reflexión sobre el impacto que estas lesiones ocasionan en los sistemas social y sanitario.
Las úlceras por presión son lesiones en áreas de piel que se originan por permanecer en una misma posición durante demasiado tiempo, por lo que afecta, especialmente, a pacientes con poca movilidad o portadores de dispositivos.
España, el 95% de los casos se podía haber evitado con formación y concienciación
Con la finalidad de conmemorar mañana el Día Mundial para la Prevención de este tipo de lesiones, la Gerencia de Atención Primaria se ha propuesto concienciar a los pacientes y a los cuidadores de personas en situación de dependencia de la importancia de tomar las medidas adecuadas para minimizar este problema de salud, así como para la prevención y el tratamiento de las lesiones.
La jornada abordará la importancia del cribado nutricional en el abordaje de la prevención de las Úlceras y el papel de las profesionales de Enfermería en la detección y tratamiento. Además, entre las distintas actividades se incluyen talleres de entrenamiento para la identificación de las lesiones relacionadas con dependencia e iniciativas de divulgación a través de las redes sociales.
Según los datos del cuarto estudio nacional sobre epidemiología de las Úlceras por Presión, alrededor de un 8% de los casos se presentan en el ámbito hospitalario y más de un 13% en entornos sociosanitarios. En Atención Primaria, la prevalencia entre pacientes incluidos en atención domiciliaria supera ligeramente el 8,5%, mientas se estima que más del 60% de las Úlceras por Presión son nosocomiales, es decir, no se habían manifestado antes de que el paciente ingresara en un centro sanitario y aparecen durante su estancia en el mismo.
En España se calcula que al menos el 95% de los casos registrados podría haberse evitado con formación y concienciación, tanto de los propios pacientes como de los profesionales del ámbito sanitario, llamados a liderar el cuidado de estas personas.