Canarias ha dado a conocer su nuevo Protocolo de intervención ante riesgo suicida en las instituciones educativas. La consejera de Sanidad, Esther Monzón, ha explicado a este respecto que “el principal objetivo es establecer mecanismos homogéneos en materia de detección, valoración, intervención y coordinación para actuar ante la sospecha del riesgo suicida o conducta suicida en los centros educativos".
Además, "permitirá poner en marcha medidas de actuación ante el riesgo suicida o conductas suicidas en este ámbito”. Estas han sido sus palabras durante el acto de presentación del plan, al que ha acudido junto al consejero de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes del Gobierno de Canarias, Poli Suárez. También han estado acompañados del psiquiatra y técnico de la Dirección General de Salud Mental y Adicciones del SCS, Francisco Acosta.
Este documento, que se implantará en todo el archipiélago en el presente curso académico 2024/25, supone el desarrollo de una de las acciones del Programa de Prevención de la Conducta Suicida en Canarias, contemplado en el Plan de Salud Mental de Canarias. Con esta herramienta se da respuesta a la recomendación tanto de la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud como la de Canarias de desarrollar e implantar protocolos de prevención ante riesgo suicida en el ámbito educativo.
Monzón ha informado de que el protocolo ha sido elaborado por un equipo multidisciplinar e intersectorial
Monzón ha informado de que el protocolo ha sido elaborado por un equipo multidisciplinar e intersectorial, formado por veintiséis profesionales de las consejerías de Sanidad, Educación y Bienestar Social entre los que se incluyen pediatras, médicos de familia, psiquiatras, psicólogos, maestros, pedagogos, psicopedagogos y trabajadores sociales entre otros, bajo la coordinación de las direcciones generales de Salud Mental y Adicciones y de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud.
El consejero de Educación, por su parte, ha mandado un mensaje de tranquilidad a las familias y al conjunto de la sociedad del archipiélago porque "las muertes por suicidio entre estudiantes son infrecuentes, al menos en Canarias", lo que "no resta importancia a este protocolo ya que, aún así, el suicidio en el mundo es una de las primeras causas de muerte entre adolescentes, y, por tanto, algo que debemos prevenir a toda costa y a lo que debemos prestar especial atención".
"Desde Educación, podemos y debemos intervenir porque las aulas son el lugar natural donde se producen la enseñanza y el aprendizaje. Nuestras aulas son el marco ideal para aprender sobre muchos aspectos de la vida, y por qué no, sobre la promoción de la salud mental y la prevención del suicidio y de ciertos trastornos físicos y psicológicos", ha subrayado.
"Desde Educación, podemos y debemos intervenir porque las aulas son el lugar natural donde se producen la enseñanza y el aprendizaje"
Este protocolo está dirigido a la comunidad educativa: alumnado de Educación Primaria y Secundaria, de Formación Profesional, progenitores, educadores y a los sanitarios que atienden a la población infanto juvenil y a los profesionales de Bienestar Social. El protocolo establece el procedimiento a seguir ante una sospecha de riesgo suicida, cómo actuar en función del nivel de riesgo detectado (bajo, la coordinación con otros sectores implicados, especialmente los profesionales sanitarios), el seguimiento en el entorno educativo y las acciones de intervención ante el duelo por una muerte por suicidio.
La ventaja que ofrece este documento es disponer de una guía de actuación ante una situación de riesgo suicida o de conductas suicidas que se detecten en un centro educativo, tanto en la fase inicial (hasta que se produzca una evaluación clínica por un profesional sanitario), como en el contexto de un seguimiento en el ámbito educativo. Así, incluye pautas de actuación del personal de los centros educativos ante la sospecha de problemas de salud mental o señales de alerta indirectas, ante la sospecha de riesgo o conducta suicida. Cualquier persona de la comunidad educativa puede detectar señales de alerta o de riesgo, que seguirá las pautas que indica el Protocolo entre las que se incluye la comunicación al equipo directivo y de éste a las figuras parentales.
También se recogen indicaciones sobre cómo activar el protocolo y el desarrollo de la entrevista con valoración provisional del riesgo suicida, así como las pautas para establecer el nivel de riesgo y la actuación a desarrollar según el nivel determinado. El documento contempla además la realización de un seguimiento en el ámbito educativo y, además, las acciones a implementar tras un intento de suicidio o ante un suicidio consumado.