Un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, centro adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, ha realizado una cirugía compleja para la extracción de un tumor en un paciente despierto que requirió craneotomía, es decir, fue necesario realizar una incisión de mayor tamaño y apertura de ventana ósea en el cráneo. Aunque la cirugía con pacientes despiertos se realiza, en el ámbito del servicio de Neurocirugía del Hospital Dr. Negrín, desde hace 20 años, es la primera vez que se lleva a cabo en el centro esta intervención de mayor complejidad que implica la realización de una craneotomía.
El equipo está formado por facultativos de los servicios de Neurocirugía, Neurofisiología, Psiquiatría y Psicología Clínica, Anestesiología y enfermería del bloque quirúrgico del centro hospitalario. Este tipo de técnica quirúrgica se utiliza sobre todo para la extracción de gliomas de bajo grado. La presentación clínica más habitual (50-80%) son las crisis epilépticas, otras formas de presentación son las cefaleas o los déficit neurológicos derivados de la localización de la lesión o de su tamaño.
El equipo está formado por facultativos de los servicios de Neurocirugía, Neurofisiología, Psiquiatría y Psicología Clínica, Anestesiología y enfermería del bloque quirúrgico
Con frecuencia, estas lesiones se encuentran en íntimo contacto o involucrando áreas elocuentes del cerebro (áreas con funciones importantes desde el punto de vista neurológico), por lo que su tratamiento quirúrgico puede provocar déficit severos desde el punto de vista de la movilidad, el habla, la memoria u otros aspectos relevantes para la calidad de vida del paciente. El pronóstico de este tipo de lesiones depende en gran medida del grado de resección quirúrgica de la lesión. La cirugía con el paciente despierto permite realizar la resección total o de la mayor parte del tumor cerebral preservando la funcionalidad del paciente.
Estas intervenciones se desarrollan en fases muy diferenciadas. En primer lugar, se accede al cerebro a través de la extracción de una ventana en el cráneo (craneotomía). Esto se realiza bajo sedación profunda y anestesia local en el cuero cabelludo, que permite que el paciente se encuentre confortable y sin dolor durante todo el procedimiento. Una vez allí, se mapea toda la zona expuesta con un estimulador para buscar las áreas importantes que deben ser conservadas. En este momento, se retira la sedación del paciente, quien permanece consciente mientras se realizan ciertas pruebas y se practica la resección microquirúrgica del tumor.
EL PACIENTE, PARTE ACTIVA DEL PROCESO
La neuropsicóloga, mediante la realización de preguntas y test secuenciales, valora el lenguaje en tiempo real, así como algunas funciones motoras. De ese modo, se asegura que la manipulación de las áreas cercanas al tumor no afecta a estas facultades. Una vez hallada la vía de entrada ‘segura’, se reseca el tumor por parte del equipo de Neurocirugía y, con el paciente nuevamente sedado, se cierra la craneotomía y finaliza la cirugía.
Para el éxito de esta cirugía no solo es indispensable la compenetración y profesionalidad de todo el equipo multidisciplinar, sino también la colaboración del paciente, que forma parte activa durante el proceso quirúrgico. Por otra parte, desde el año 2002 se realizan en el centro hospitalario cirugías de estimulación cerebral profunda para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. En total se han intervenido para tratar esta patología a 147 pacientes.