El Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (HUC), adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, ha incorporado una nueva técnica para tratar el cáncer de mama. Se trata de la radioterapia intraoperatoria que permite, en el mismo acto quirúrgico y después de la extracción del tumor, aplicar la radiación directamente sobre el lecho tumoral, es decir, sobre la zona donde se encuentra el tumor para evitar que las células cancerosas se vuelvan a reproducir.
Este tratamiento, conocido como IORT por sus siglas en inglés (Intraoperative Radiation Therapy), permite reducir la toxicidad y las complicaciones, además de evitar la posterior radioterapia convencional, de una duración de tres a cinco semanas aproximadamente y con las mismas tasas de curación.
Las pacientes que se pueden beneficiar de esta técnica deben cumplir unos criterios específicos, definidos a través de los resultados de varios estudios clínicos publicados en revistas científicas y que demuestran su efectividad en comparación con el tratamiento estándar.
Este tratamiento permite reducir la toxicidad y las complicaciones, además de evitar la posterior radioterapia convencional, de una duración de tres a cinco semanas aproximadamente
La realización de la técnica requiere de un grupo multidisciplinar de profesionales compuesto por oncólogos radioterápicos, ginecólogos-cirujanos, anestesistas, radiofísicos, anatomopatólogos y enfermeros. Este equipo intervino recientemente a la primera paciente en el HUC. Se estima que podrían entrar al programa unas cuarenta pacientes al año.
Previo a la intervención, el servicio de física médica llevó a cabo un sofisticado y complejo proceso de calibración y medición del equipo emisor de radiación, caracterizando minuciosamente la radiación emitida por equipo y, de esta forma, poder asegurar unos altísimos niveles de seguridad y precisión en el tratamiento.
La radiación se produce en un emisor de radiación miniaturizado que funciona de forma similar a los grandes equipos habituales pero, en este caso, un brazo robótico permite colocar la fuente de radiación en el centro geométrico exacto de la cavidad que queda al extirpar el tumor.
Para el doctor Fernando Otón ''es una saludable tendencia en la oncología actual minimizar tratamientos; es decir, conseguir las mismas o mejores tasas de curación con tratamientos más cortos, menos invasivos, de menor agresividad y que reduzcan los esfuerzos físicos, psicológicos y económicos que ha de afrontar la paciente. Despertar de la anestesia con todo el tratamiento local realizado es un alivio''.