La Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública de la Generalitat de Valencia ha puesto en marcha el cribado de cáncer de cuello uterino o de cérvix para las mujeres entre 25 y 65 años. Se trata de una de las herramientas claves para prevenir y tratar este cáncer que al año produce la muerte de 848 mujeres en España. Con el cribado la mortalidad se reduciría hasta un 80%.
En 2019 el Ministero de Sanidad lo incluyó en los servicios del SIstema Nacional de Salud (SNS) para que en un periodo de cinco años se iniciara en las comunidades autónomas. Tras el parón de la pandemia, la Comunidad Valenciana ha anunciado que a finales de este año o principios de 2023 pondrá en marcha este programa de cribado, que invitará a las mujeres a realizarse una prueba cada tres años.
La implantación del cribado se realizará de forma progresiva, iniciándose entre finales de este año y principios de 2023
Actualmente, la Comunidad Valencia registra al año 259 casos nuevos, con una tasa de incidencia superior a la de España (9,8 casos por 100.000 mujeres). "El nuevo protocolo sistematiza el cribado de detección del cáncer de cuello de útero para que todas las mujeres de entre 25 y 65 años reciban una invitación para participar. Es la misma fórmula que ya tenemos implantada en el sistema de detección precoz del cáncer de mama", ha explicado la consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, Ana Barceló.
El cribado combinará dos pruebas en función de la edad. Quienes tengan entre 25 a 34 años recibirán una invitación para acudir al centro sanitario a hacerse una citología vaginal (que diagnostica alteraciones celulares indicativas de cáncer), mientras que las mujeres de 35 a 65 años recibirán un kit de autotest para tomarse una muestra vaginal que se utilizará para detectar la presencia del virus de papiloma humano, la causa más frecuente de cáncer de cérvix en mujeres no vacunadas frente al virus.
Según indica Sanidad en nota de prensa, la implantación del cribado se realizará de forma progresiva, iniciándose entre finales de este año y principios de 2023, de manera que para 2029 la cobertura, entendida como invitación a participar, se aproximará al 100%. El objetivo es reproducir los beneficios obtenidos con el cribado de cáncer de mama, implantado hace ya 30 años.